La reforma de la PAC y los países pobres
En su editorial Agricultura coherente se congratulan ustedes por los beneficios que la reforma de la Política Agraria Común traerá a los países en desarrollo.
En nuestra opinión, la realidad es muy diferente. Con esta reforma, la Unión Europea no ha hecho más que cambiar el nombre y el formato de las ayudas, pero sus efectos para los países pobres serán muy similares. Los volúmenes totales de producción no se reducirán de forma significativa, y por lo tanto continuará la exportación de excedentes a precios artificialmente baratos.
Para millones de productores de leche, azúcar o vacuno en países de África, América y Asia, esta reforma es sólo un ejercicio cosmético que les va a traer más de lo mismo. El problema de fondo no se resolverá hasta que la UE no opte de forma sincera por la legítima protección de su medio rural y renuncie a una dañina vocación agroexportadora.
La próxima Conferencia de la OMC en Cancún (septiembre 2003) ofrece una nueva oportunidad para el cambio, si es que nuestros gobernantes están dispuestos a mirar más allá de los estrechos intereses comerciales de un grupo de grandes compañías y productores.