Gracias a Tamayo
1. Al final, a los dos diputados traidores,
Zapatero tiene que encargar una investigación del PSOE de Madrid dirigida por Gallardón, guiada por Aznar y defendida por Cascos
rebeldes, tránsfugas, díscolos, desobedientes, traviesos o como quiera que se les califique, al final, digo, habrá que hacerles un monumento. "A Tamayo y Sáez; gracias a ellos se desentrañó una trama inmobiliaria que tenía a los madrileños con la hipoteca al cuello". Si estos dos diputados no hubieran huido del Parlamento regional, a nadie le hubiera parecido escandaloso lo que pasa con los pisos y el suelo. A la que se escarba un poco en algunos municipios de los alrededores de Madrid, aparecen operaciones urbanísticas de millones de metros cuadrados al ritmo de María Jesús y su acordeón: "Recalificaciones por aquí, recalificaciones por allá, ta ta ta ta". ¡Gracias, Tamayo, gracias, Sáez! Gracias a vosotros, al fin se va a investigar.
2. Así como en Londres
un coche atropella a un señor cada dos minutos, y hay que ver cómo estará el pobre señor, en España cada tres segundos alguien llama fascista a alguien. Desde hace unos meses, en España no hay más que golpes de Estado a todas horas. El PP denunció que el PSOE quiso, durante la guerra de Irak, echarle del Gobierno mediante métodos antidemocráticos; ahora el PSOE cree que el PP ha intentado, por métodos antidemocráticos, impedirle formar gobierno en Madrid. El debate sobre el estado de la Nación entre Aznar y Zapatero debería moderarlo Miliki, y hacer cantar a todo el hemiciclo:
Eran dos tipos requetefinos.
Eran dos tipos medio chiflaos.
Hola, Zapatitos.
Hola, don José.
¿Ya dio un golpe de Estado?
Un buen golpe yo le di.
Adiós, Zapatitos.
Adiós, don José.
3. Y ahora, unos instantes de publicidad.
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