El tranvía se acerca
En octubre empezarán las pruebas en dos de las tres líneas del Trambaix y en enero de 2004 entrarán en funcionamiento
Moderno. Ecológico. Sostenible. Silencioso. Una maravilla. A las autoridades no se les acaban los laudatorios adjetivos para referirse al tranvía. Pero la mayoría de los vecinos del Baix Llobregat no opinan lo mismo. Un engorro. Un caos. Una molestia. Así definen los dos años de obras que han tenido que soportar para tener un tranvía, el Trambaix, que dentro de poco debe mejorar sus comunicaciones con la ciudad de Barcelona. Además, ellos siempre han sostenido que la manera más eficaz de unir los municipios de la comarca con la capital catalana es el metro. Pero al final se han renido que conformar y esperar a la llegada del alabado tranvía, que cada día está más cerca.
En un principio el calendario marcaba como fecha de inauguración septiembre de 2003, pero el año pasado ya se vio que el plazo fijado era demasiado ajustado y la inauguración se retrasó hasta principios de 2004. Y parece ser que ésta será la fecha definitiva. Al menos esto es lo que dijeron el pasado viernes todos los actores implicados en la construcción del Trambaix, a tenor de la buena marcha de las obras.
Pero los convoyes del tranvía se dejarán ver mucho antes. Entre octubre y noviembre de este año, los 19 trenes que cubrirán el trazado empezarán las pruebas en dos de las tres líneas. La primera llega hasta Cornellà y la segunda hasta Sant Joan Despí, pasando por L'Hospitalet y Esplugues. La tercera, que deberá llegar hasta Sant Feliu de Llobregat, todavía no tiene fecha porque no hay acuerdo sobre su trazado. El director de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), Francesc Ventura, dice que en los próximos días se celebrará una reunión con el nuevo alcalde de Sant Feliu, el socialista Antonio Vázquez, para hablar del futuro trazado del Trambaix por esta población y que en octubre ya debería haber un acuerdo. Las obras de una parte de la futura línea 3, que ahora llegan justo al límite de Sant Joan Despí con Sant Feliu de Llobregat, estarán terminadas entre abril y mayo del próximo año.
Un nutrido grupo de autoridades, encabezado por el consejero de Política Territorial, Felip Puig, visitó el recorrido del Trambaix el pasado viernes e insistió en las bondades del tranvía. Puig habló de la "revolución de la movilidad" que supone este sistema de transporte y dijo que ya están pensando en ampliar las líneas hasta Molins de Rei y el hospital de Bellvitge. "El tranvía es una apuesta inteligente, osada y ambientalmente comprometida", remachó. Pero alabanzas aparte, tanto Puig como el alcalde de Sant Joan Despí, el socialista Eduard Alonso, se acordaron de las quejas de los vecinos y pidieron disculpas por las "molestias" e "incomodidades" que han podido ocasionar las obras. Alonso también afirmó que las protestas de los vecinos por el tranvía han pasado factura a su grupo, que en las pasadas elecciones pagó "un peaje" (el PSC pasó de 15 a 13 concejales en Sant Joan Despí). El alcalde, sin embargo, se mostró muy optimista y satisfecho por la llegada del tranvía y aseguró que su formación recuperará los votos perdidos una vez que éste entre en funcionamiento. El consejero quiso restar importancia a las quejas vecinales y afirmó que en una de las últimas visitas a la obra los vecinos salieron de sus casas y felicitaron a las autoridades. Además, según Puig, en muchos casos las molestias ocasionadas han servido para realizar mejoras urbanísticas que desde hacía 30 años estaban previstas en el Plan General Metropolitano.
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