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La ampliación de la UE requerirá 600.000 millones en infraestructuras

El BEI desempeñará un papel crucial para atraer fondos privados

La Unión Europea necesita 600.000 millones de euros para poder construir una red de infraestructura transeuropea "real" que vertebre un mercado único integrado por 27 países tras la ampliación. El grupo de alto nivel creado por la Comisión Europea presentará el próximo lunes un plan global en el que prevé la construcción de 22 nuevos ejes prioritarios para completar en 2020 los proyectos en infraestructuras lanzados hace casi una década en la cumbre de Essen.

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) tendrá un papel crucial para atraer la inversión privada y suplir la insuficiencia de fondos. El plan a 20 años elaborado por el grupo que dirige el ex comisario europeo Karel van Miert es muy ambicioso. Pero la UE se enfrenta a un grave problema de financiación a la hora de ejecutar las obras. Los Quince dedican en la actualidad un escaso 0,8% del PIB a las inversiones en infraestructuras, la mitad que durante los años ochenta -unos 50.000 millones de euros menos-.

Los expertos del grupo de alto nivel advierten en su informe de que con este nivel de financiación tan sólo se podrá cubrir "un tercio" de la inversión total necesaria para completar la futura red transeuropea, y advierte del impacto que puede llegar a tener en la economía el hecho de que se produzca un retraso generalizado en la ejecución de las obras.

La situación es dramática en los segmentos transfronterizos de los proyectos por la falta de coordinación entre las autoridades competentes a la hora de recurrir a las fuentes de financiación. De los 14 proyectos acordados en Essen en 1994, tan sólo se han finalizado tres, y cinco lo harán en el plazo previsto entre 2007 y 2010. Las seis obras restantes están en el limbo por culpa de la carencia de fondos, a lo que se suman otros obstáculos legales y administrativos. La Comisión Europea advirtió en abril de que, a este ritmo, la conclusión de las grandes obras "prioritarias" previstas en Essen se retrasará diez años, hasta 2020 como mínimo.

El grupo presidido por Van Miert insiste en que la UE debe "reformular" las líneas básicas de la red de transportes Transeuropea y darle un nuevo "ímpetu", porque los problemas de congestión y la falta evidente de interoperabilidad entre los distintos medios de transporte se harán aún más evidentes con la ampliación a 27 países. La UE tendrá que movilizar 248.000 millones de euros hasta 2020 para financiar los 22 nuevos proyectos prioritarios y los seis pendientes de Essen (112.000 millones). A estos se le sumarán otros 13 proyectos "a largo plazo" para los que no se especifica fecha. El coste global de la red, si se incluyen otras obras "no prioritarias", se estima en 600.000 millones de euros, a los que hay que añadir los gastos de mantenimiento.

Plan de Essen

El panel advierte además de que los 20.000 millones de euros del presupuesto comunitario que se van a destinar hasta 2006 a las obras del plan de Essen son "claramente insuficientes" para impulsar el desarrollo de la red, y con vistas a las próximas perspectivas financieras (2007-2013) anticipa que los fondos necesarios para cubrir los proyectos "prioritarios" debería elevarse hasta 127.000 millones de euros. Un esfuerzo financiero de tal envergadura, como indican los expertos, obligará a revisar los criterios para el reparto y la asignación de fondos comunitarios.

La cumbre europea de Salónica dio el pasado viernes mandato a la presidencia italiana, que arranca el próximo martes, para que se apoye en los trabajos de la Comisión Europea de cara a conseguir una decisión política de la UE en este sentido. El Consejo de ministros y el Parlamento Europeo deberán dar ahora su visto bueno al plan para que pueda aplicarse. Alemania y Francia, aunque no se han pronunciado oficialmente sobre el contenido del informe van Miert, defienden la idea de desarrollar una red infraestructuras que permita relanzar el crecimiento económico.

Proyectos clave

El sistema de localización por satélite Galileo es el proyecto clave del plan de infraestructuras, y se prestará también una atención especial a las "barreras naturales" de los Pirineos, los Alpes y el mar Báltico para completar la futura red transeuropea.

El grupo que dirige el ex comisario europeo Karel van Miert defiende que la Comunidad juegue un papel financiero relevante en las secciones de las obras transfronterizas, donde se presentan los mayores obstáculos. Y en este sentido se vuelve a insistir en el papel "crucial" que puede desempeñar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para atraer la inversión privada y así compensar la insuficiencia de fondos para desarrollar el plan.

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