Doce entidades crean una fundación para que Sevilla sirva de nexo entre Oriente y Occidente
La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento, promoverá encuentros políticos y culturales
El Ayuntamiento de Sevilla y doce empresas de la ciudad constituyeron ayer la fundación Sevilla Nodo entre Oriente y Occidente, con la que el nuevo gobierno municipal pretende contribuir al acercamiento entre Europa, América Latina y los países árabes. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, con esta iniciativa, recogida en el Plan Estratégico Sevilla 2010 y en el programa electoral socialista, se pretende también hacer una cuidad "mejor y más reconocida internacionalmente, más allá de los tópicos". "Que Sevilla sea punto de encuentro permanente entre Oriente y Occidente"
La nueva fundación nace con el objetivo de convertirse en una referencia nacional e internacional, "como la Jaime I de Valencia o la Príncipe de Asturias de Oviedo", según dijo su director general, el ex consejero de Cultura, Juan Manuel Suárez Japón. Sevilla Nodo entre Oriente y Occidente nace con un capital de 7.800 euros, a razón de 600 por cada una de las entidades que la engloban, e, inicialmente, tendrá su sede en el Pabellón real.
La fundación, impulsada desde el Ayuntamiento, está formada por la compañía de detergentes Persan, Cruzcampo, el grupo sevillano Detea, las aceiteras Aceites del Sur y Migasa, Léglez, la empresa tecnológica Ayesa, Grupo Tecnológica y la asociación de empresas de nueva tecnología Etricom, además de la Fundación Cruzcampo, Isla Mágica y el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes).
Suárez Japón
El patronato constituido por todas las entidades delegará el trabajo del día a día en la comisión ejecutiva, en la que, además de Suárez Japón, estarán el concejal de Economía e Industrias, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, como presidente; y, Julio Cuesta, de Cruz Campo, y José Moya, de Persan, como vicepresidentes.
Según Monteseirín, la "cantidad y calidad" de entidades que se han adherido a la iniciativa la convierten en una fundación "de excelencia y puntera". El objetivo es convertir a Sevilla en "sede y promotora" de actividades que realcen los lazos comunes entre Oriente y Occidente, explicó el alcalde.
La programación de actividades para 2004 empezará a perfilarse el próximo otoño, pero, por el momento, la fundación nace con dos objetivos prioritarios: ser un punto de encuentro permanente que atraiga a fundaciones, empresas, centros de investigación y desarrollo o entidades bancarias que actúen en Europa, los países árabes y América Latina, así como organizar y acoger eventos políticos, deportivos y culturales que promuevan el acercamiento y contribuyan al "progreso humanitario". Además, la fundación persigue también convertir a Sevilla en sede de órganos reguladores de las relaciones de España y Europa con América y los países árabes. Según Suárez Japón, "no se trata de hacer muchas cosas pequeñas, sino de centrarse en menos cosas que trasciendan lo local".
El segundo objetivo de esta iniciativa, advirtió Monteseirín, pasa por organizar un gran encuentro "de carácter mundial" promovido por las principales organismos de América y los países árabes y en los que la Unión Europea, España y Andalucía desempeñen un papel protagonista. El alcalde no se atrevió a avanzar ninguna fecha, pero sí que aseguró que el evento duraría varios meses, en el transcurso de los cuales se celebrarían ferias, encuentros y exposiciones en torno a diferentes ejes temáticos: científico; tecnológico; educación y cohesión social; igualdad de oportunidades; promoción de la salud y de gobernabilidad; ética y religión; relaciones internacionales; cultura y arte; y ciudades y regiones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.