Intensidad y sugerencia

Daniele Abbado ha dejado a un lado el montaje original italiano y se ha centrado en los valores arquitectónicos, históricos y plásticos que tenía a su mano con el Palacio de Carlos V, para desplegar una visión trágica, expresiva y rotunda del drama musical. Ha sido un acierto. Las inspiradas proyecciones, por un lado, en tres pantallas verticales, y la fuerza del simbólico vestuario, por otro, han conseguido crear un ambiente muy apropiado para subrayar la tensión imperecedera de una historia que se presta a la sobriedad y que tiene precedentes cinematográficos tan escalofriantes como los de Dreyer y Bresson.

Fue magnífico, impactante, el trabajo musical del Coro de Valencia, dirigido por Francisco Perales, su intuición teatral, su empaste, su flexibilidad, su capacidad de matización. Con actuaciones como ésta no es exagerado decir que estamos ante uno de los mejores coros de España en la actualidad. El coro infantil de la Presentación de Granada, dirigido por Elena Peinado, mantuvo un nivel excelente dando una réplica adecuada al de Valencia.

La Orquesta Ciudad de Granada es una de las joyas del panorama sinfónico español. Tiene un sonido dúctil, equilibrado, casi camerístico. Tuvo, además, anteayer una dirección segura y poderosa de Josep Pons, aunque a veces se vio perjudicada, en cuanto a presencia sonora, por su colocación al fondo del patio. Bueno, imperaban valores teatrales.

De los cantantes, la gran sorpresa de la noche vino del tenor José Manuel Zapata en los personajes de Porcus y el Clérigo, dentro de un nivel vocal en general más que encomiable.

Especialmente esperada era la actuación de Aitana Sánchez-Gijón en el personaje que da título a la obra. Espléndida en la primera mitad por su naturalidad y su dicción clara, fue perdiendo gas conforme la representación transcurría, tal vez por fatiga, tal vez por falta de un punto de desgarramiento en las escenas finales. En cualquier caso, dentro de una prestación escénica más que notable.

La representación de Juana de Arco en la hoguera, en Granada, ha sido un acontecimiento. Raras veces un espectáculo operístico se percibe de una forma tan directa, tan intensa, tan viva, tan sugerente.