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Reportaje:

Hípica para todos

La celebración en Valencia del concurso nacional de saltos intenta acercar al público un deporte considerado "elitista"

Juan Morenilla

¿Sabe usted dónde se encuentra el Club Hípico de Valencia? Situado entre el jardín de los Viveros y el Club de Tenis Valencia, muy cerca de la avenida Primado Reig, el Club Hípico de Valencia, en la calle Jaca, se levanta en medio de altos edificios e inadvertido para la mayoría de los ciudadanos, ajenos a un deporte que históricamente se ha considerado elitista y propio de las clases sociales altas. Estos días, sin embargo, el club abre sus puertas al gran público debido a la celebración del concurso nacional de saltos por cuarto año consecutivo.

Desde el jueves hasta mañana domingo, 96 caballos -60 de ellos de la Comunidad Valenciana- y 55 jinetes -unos 30 valencianos-, sortean obstáculos, saltan vallas y ajustan monturas y correas para comprobar cuál de todas las parejas se alza con la copa de campeón y un buen pellizco económico. La organización repartirá unos 30.000 euros en premios entre los diez primeros clasificados. Entre los jinetes destacan nombres como Cayetano Martínez de Irujo, Benito Íñiguez y Oliver Singleton. Entre los caballos, algunos franceses, alemanes y angloárabes. Y el caballo español, claro, "con menos talla pero con mejor sangre y más corpulento", como explica Gonzalo Peris, del comité organizador del concurso.

Dentro del club, los jinetes realizan pruebas de salto sobre una altura que oscila entre 1,20 metros y 1,40. "Es un recorrido de gran dificultad", explica Peris. Junto al terreno donde saltan jinetes y caballos, otros se ejercitan antes de entrar en la competición, con los entrenadores dando las últimas instrucciones. "Cuando llegues a la curva, arriba", comenta un preparador a una joven jinete. Algunos calman los nervios fumando un cigarrillo, otros hablando por el móvil. La mayoría permanecen concentrados antes de la prueba. "He visto a Cayetano [Martínez de Irujo], me ha saludado, es muy simpático", comentaba contento un joven aficionado.

En la calle, grandes camiones se agolpan en la estrecha calle del Club Hípico, y dentro los empleados ultiman en las caballerizas los detalles para la prueba. El club cuenta además con cuatro pistas de pádel, una pista de fútbol, piscina, club social y una zona de prácticas de golf, todo repartido en una superficie de 18.000 metros cuadrados. "En la hípica existe todavía la leyenda negra de que esto es un deporte elitista y de clases altas. Lo único que tenemos es el coste del monitor que da las clases y del caballo. Damos clases a 15 euros la hora, y tenemos ya apuntados a unos 250 niños", explica Peris. Cualquier persona puede acceder a estas clases. Por ejemplo, el Club Hípico dispone de un bono de 150 euros y 10 horas de clases, tanto para la iniciación en la equitación como para los niveles medio o alto. Antes, eso sí, hay que conseguir una licencia autonómica de no competidor en la Federación Hípica Valenciana, y agenciarse un casco, pantalones y botas apropiadas.

El Club Hípico de Valencia se creó en los años 50, e inicialmente su gestión correspondió a una empresa privada, la Sociedad de Agricultura y Deportes, fundada por aristócratas, militares y miembros de la burguesía. El club ha mantenido siempre su carácter abierto al público, y en los años 70 vivió su época de auge. Muchos niños se iniciaron entonces en la equitación y pronto surgieron grandes jinetes. En 1997 la gestión retornó al Ayuntamiento de Valencia, que lanzó un concurso público de gestión, ganado por la empresa familiar Fila Cero Producciones, organizadora del actual concurso de saltos.

El objetivo de la organización es traer a Valencia la celebración de un concurso internacional como la Copa Ibérica, una prueba que actualmente se celebra en Madrid, Lisboa y Barcelona.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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