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Polémica en Alemania al sugerir Trabajo la reducción de festivos

Sindicalistas e Iglesia rechazan la idea, bien acogida por la patronal

El ministro federal de Economía y Trabajo, el socialdemócrata Wolfgang Clement (SPD), ha desencadenado una polémica en Alemania con su sugerencia de que en el país se ha llegado al límite en la reducción de jornada laboral y en los días festivos. Sindicalistas y dignatarios eclesiásticos condenan la idea de Clement, acogida con satisfacción por algunos dirigentes patronales y rechazada por la calle.

Los ciudadanos alemanes tienen que trabajar más. A esta conclusión llega el llamado superministro Wolfgang Clement en una entrevista que publicó ayer el semanario Stern. Clement, un político que figura en todas las quinielas para una eventual sucesión del canciller Gerhard Schröder, sostiene sobre el conflicto laboral por la jornada de 35 horas en el este de Alemania: "Para mí es un conflicto difícil de comprender. Tenemos que defender la competitividad del este de Alemania y necesitamos ventajas para competir. Esta lucha laboral con seguridad no ayuda a ello. Es un conflicto en el momento equivocado y por completo en el lugar inadecuado".

Toque a rebato

Embalado, Clement asegura que se ha llegado al límite y declara que, si se compara el calendario de festivos alemán con el de otros países, "da mucho para cavilar. El año próximo se produce un efecto digno de consideración. Como muchos festivos caen en fin de semana, los pronósticos estiman que esto tendrá un efecto de un 0,5% de crecimiento. Si esto no es motivo para reflexionar...".

Las declaraciones de Clement equivalen a un toque a rebato. El presidente del sindicato IG Metall, Klaus Zwickel, compañero de partido del superministro, se apresuró a declarar que con la reducción de festivos no se crea ni un solo puesto de trabajo, y elevar la jornada laboral es "veneno para la coyuntura económica".

La experta en presupuesto de Los Verdes, socio de coalición en el Gobierno federal del SPD, Christine Scheel, calificó de "tontería" la propuesta de Clement, y argumentó que en los Estados federados con más festivos tienen cifras de paro más bajas. En la misma línea se pronunció el jefe socialcristiano bávaro en el Parlamento Federal (Bundestag), Michael Gloss (CSU), que pone como ejemplo su Baviera, donde hay 15 días festivos al año y el paro no llega al 7%, de los más bajos de Alemania.

Fiestas de la Iglesia

También la Iglesia católica rechaza la idea de quitar festivos. El cardenal Karl Lehman, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, afirma categórico en una entrevista: "Las fiestas eclesiales son demasiado importantes para que se pueda disponer de ellas según la situación de la caja y de la coyuntura económica".

Para el cardenal, los festivos no son propiedad de la Iglesia ni de los políticos, sino de las personas. Los festivos católicos representan un problema especial. La Ascensión o el Corpus Christi caen en jueves y son una invitación para hacer puente y no acudir a sus respectivos trabajos.

En entrevistas de calle ante las cámaras de televisión, los paseantes interrogados se mostraban contrarios a la idea de reducir los festivos en una Alemania que bate las marcas mundiales de menos horas trabajadas por año.

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