_
_
_
_
Útil
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A vueltas con el 'ware'

Chiqui de la Fuente

EL TÉRMINO "WARE" es uno de los sufijos más utilizados en informática, y por ende, en esta sección. Por ello, conviene aclarar realmente lo que significan palabras como "shareware" o "freeware", tan presentes en todas las páginas de descargas de archivos.

Aplicaciones freeware son programas de "dominio público", es decir, el creador los pone a disposición de cualquier persona de forma totalmente gratuita y sin pedir nada a cambio.

Lo único que no se puede hacer con ellos es alterar el código fuente (las tripas del programa). Normalmente, y como norma de cortesía, se envia un correo electrónico al autor agradeciendo su generosidad.

Shareware es una opción más comercial que la anterior. Consiste en que antes de obligar al usuario a comprar el producto para poderlo utilizar, el autor permite evaluarlo previamente. Eso sí, con alguna restricción. Todo lo que se necesita es descargarlo de la red o de cualquier otro medio, como un CD-ROM incluido en alguna revista de informática e instalarlo en el ordenador.

Una vez que se ha probado, el usuario es el que decide si la aplicación le interesa o no. Si no la ve útil para sus intereses, tan solo hay que eliminarla del disco duro y ya está. No hay más responsabilidades.

Por el contrario, si se considera interesante y se decide a usarla, tendrá que registrarse y pagar una pequeña cantidad de dinero.

Por lo general, los programadores de aplicaciones de este tipo, usan tres vías para proteger su producto. Una de ellas es aplicarle algunas restricciones que en la versión registrada desaparecen, como puede ser la imposibilidad de guardar o de imprimir, restricciones en algunas tareas...

Otra manera es establecer un límite temporal. Algunas de estas aplicaciones al cabo de unos días (generalmente quince o treinta) deja de funcionar lo que obliga a registrarse para seguir utilizándola.

Hay otros programas que funcionan sin restricciones y sin límite de tiempo, aunque, y para recordar que son shareware, cada cierto tiempo, o al arrancar la aplicación, insertan mensajes recordándolo. En esta modalidad, se apela a la buena fe del usuario.

Si se decide registrar el programa, la forma de pago más habitual es el cobro mediante tarjeta de crédito a través de un servidor seguro de compañías dedicadas a ello (el programador por regla general no tiene toda la infraestructura necesaria para poder hacerlo el mismo), y a vuelta de correo electrónico el usuario recibe o el programa registrado, o las claves para registrarlo, además de un pequeño manual en formato electrónico.

Además de freeware y shareware, existen otras modalidades de "ware". Una muy utilizada es el cardware o postalware, en el que si el programa es del agrado del usuario, éste debe enviar una tarjeta postal al autor.

Sobre la firma

Chiqui de la Fuente
Es responsable de Formación de Redacción y ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS en diversos departamentos: Nuevas Tecnologías, Confección, sistemas editoriales... Es autor del blog Publizia y tiene una perra que se llama Rosca.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_