Llegan los nervios

La Bolsa española consiguió ayer un nuevo máximo anual, el quinto consecutivo, a pesar de que a lo largo de toda la mañana los inversores se mostraron nerviosos debido a la altura de las cotizaciones.

El Ibex 35 dio un paso más hacia los 7.000 puntos, pero las realizaciones de beneficios comienzan a disputarles el terreno a las compras y al cierre de la sesión este índice se quedó en 6.977,10 puntos, tras ganar el 0,23%. El índice general de la Bolsa de Madrid subió el 0,30% para cerrar en 727,84.

La sesión comenzó para los mercados europeos con bastante confianza debido al avance de la Bolsa de Nueva York en la jornada anterior. El Ibex 35 abrió por encima de los 7.000 puntos, pero muy pronto se pudo constatar que para mantener determinados niveles hace falta algo más que ilusión.

Ni siquiera el dato de producción industrial del mes de abril en la eurozona, con una subida del 0,4%, consiguió que los inversores decidieran consolidar lo ganado hasta ese momento, por lo que la sesión se convirtió en una serie de altibajos constantes que estuvieron a punto de decantarse del lado de las pérdidas tras la apertura de Wall Street.

El mercado estadounidense sufrió en los primeros momentos de esta jornada algo parecido a la resaca, como consecuencia del fuerte avance de la víspera. El incremento en la producción industrial en mayo, con el 0,1%, y la estabilidad de los precios al consumo en ese mismo mes apenas conseguían animar a los inversores, cuyos esfuerzos de los días anteriores bien parecían merecer la recogida de beneficios. A media sesión, el índice Dow Jones de valores industriales se mantenía estable por encima de los 9.300 puntos conseguidos el día anterior.

La contratación en el Mercado Continuo español mejoró respecto del día anterior, hasta superar los 2.500 millones de euros, cifra que no se alcanzaba desde el pasado día 24 de abril. Los valores del Ibex 35 acapararon casi el 80% del total, con 1.977,20 millones de euros negociados.