Esencia mediterránea de Pérez Siquier

Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930) ya es profeta en su tierra. El fundador de la revista AFAL (Agrupación Fotográfica Almeriense) y del grupo del mismo nombre, que en los años cincuenta aglutinó las inquietudes de los fotógrafos más inconformistas del territorio nacional, exhibe estos días una magna muestra (casi cien instantáneas) que da cuenta de su inagotable brillantez y de su condición de visionario, que han convertido su trabajo en universal e imperecedero.

Color del Sur es una oportunidad que la Concejalía de Cultura ha brindado al autor, con motivo de la cuarta edición de los Encuentros de las Culturas Mediterráneas, de resarcirse de ese reconocimiento tardío de sus convecinos. La componen imágenes inéditas de su serie Playas con otras ya publicadas en las que domina la carne en abundancia y el cuerpo; además del mar como presencia y ausencia. Porque más mediterráneo que Pérez Siquier son sólo sus fotografías. Ésas que plasmó allá por los años setenta y en las que su objetivo apuntaba hacia el desarrollo de la provincia almeriense que coincidía con la apertura del aeropuerto y la entrada de los "bárbaros" europeos del Norte de los que se aprovechó "estéticamente" para inmortalizarlos como ballenas varadas que han venido al Mediterráneo.

Color del Sur recoge aquella apuesta que el fotógrafo hizo de la serie Playas y que agrupa la historia misma de lo que somos. Fotografías "no entendidas en su momento" pero valoradas después. La muestra arranca justamente en el paso del artista al color y hasta la actualidad para aglutinar todas las etapas que vivió desde su objetivo: las fotografías fragmentadas de cuerpos de turistas en su juego geográfico entre la carne y sus trajes de baño que se conjugan en el color, la forma y la ironía. El cóctel fue inédito y genuino: el Mediterráneo más puro bañado con la corriente norteamericana del Popart y del hiperrealismo.

"Creo que la exposición demuestra lo que soy: una persona muy identificada e impregnada de los colores, sabores, la sal y las imágenes del Mediterráneo. Son mis signos de mi identidad. He estado en la vida cotidiana de esos personajes o en la soledad de muchas playas. Y además de con aceite, lo he aderezado también con cierta ironía y humor", describe el fotógrafo.

Exquisito catálogo

Pero Color del Sur, con edición también de un riguroso y exquisito catálogo donde el color del Mediterráneo desborda cada página, salda una deuda del autor con un trabajo publicado de forma sesgada en muchas ocasiones y pocas veces valorado. José Guirao, director de la Casa Encendida de Madrid, y Lee Fontanella, historiador de la fotografía, ya argumentan en sendos escritos del volumen lo "imperecedero" e "intemporal" de las imágenes de Pérez Siquier. "Aquel Popart yo lo había hecho intuitivamente allá por los ochenta y setenta pero entró dentro de las corrientes europeas aunque no tuvieran éxito en España. Esas fotos no tuvieron éxito porque se adelantaron a su tiempo. Por eso la exposición no es antigua sino moderna", reflexiona el autor.

Color del Sur, reconoce, le ha servido para encontrarse consigo mismo en su ciudad natal y comprobar la huella dejada con su testimonio. En un año prolífico y generoso con su obra, en el que también obtuvo la Medalla de Andalucía por su trayectoria, lo cierto es que Pérez Siquier se encuentra en la cresta de la ola. Otrora estuvo siempre en la arena de la playa. Pero siempre estuvo junto al Mediterráneo.