Tamayo niega que haya hecho negocio con los constructores

El diputado electo Eduardo Tamayo, expulsado del PSOE, reconoció ayer que habla periódicamente con el promotor inmobiliario Francisco Bravo, a quien le une una relación de amistad desde 1997, aunque negó tener vinculaciones empresariales directas o indirectas con él. También admitió que pudo hablar con Bravo durante la noche electoral o desde el Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid y señaló que los contactos han sido siempre conversaciones normales, como las que se mantienen "con cualquier amigo o conocido".

Tamayo reconoció que una de esas llamadas fue para pedir a Bravo que reservara dos habitaciones en el hotel Los Vascos para él y para la diputada Teresa Sáez , tras la espantada que ambos protagonizaron durante la votación de presidente de la Asamblea de Madrid. Sin embargo, Tamayo afirmó que pagó la factura con su propia tarjeta de crédito.

A juicio del diputado tránsfuga, el PSOE no ha querido entrar en el debate político de fondo, "que es el incumplimiento de pactos alcanzados de forma interna en relación a la formación de Gobierno en la Comunidad de Madrid", y únicamente está "lanzado a una campaña de presiones y mentiras que en algún caso podrían considerarse coacciones".

Conciencia limpia

Tamayo dijo no tener ningún problema en que le investiguen porque tiene la conciencia "absolutamente limpia" y destacó el hecho de que si le hubieran "untado" económicamente, lo lógico es que se hubiera ausentado en la votación de la sesión de investidura de Simancas como presidente.

Tamayo cree que repetir las elecciones sería la solución "más desastrosa", tanto para la izquierda como para el electorado, por lo que animó a Simancas a que se presente para la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Tamayo aseguró que él y su compañera Sáez le votarán a cambio de que "cumpla los acuerdos suscritos a nivel interno" y que "IU reciba solamente el porcentaje que le corresponde por la representación obtenida el pasado 25 de mayo".

Tamayo insistió en que su plante fue un toque de atención a la Federación Socialista Madrileña (FSM) para que integre en el Ejecutivo regional a "personas que han luchado por obtener unos buenos resultados y que no merecen quedarse fuera, no sólo de Renovadores por la Base sino también de Izquierda Socialista o antiguos leguinistas". El número 13 de la lista de Rafael Simancas responsabilizó del escándalo de la Asamblea de Madrid a la "incompetencia" demostrada, a su juicio, por miembros de la dirección nacional del partido y de la FSM.