El nivel más alto del año

La Bolsa española cierra en máximos anuales a pesar de que los datos económicos siguen siendo negativos y las expectativas de crecimiento se han revisado a la baja. El Ibex 35 ha encadenado tres máximos consecutivos, gana el 2,08% en la semana y acumula una subida del 13,59% en el año.

Los inversores han concentrado su atención en las últimas sesiones en las posibilidades futuras de la economía, fiándose más de los indicadores de expectativas que de los datos de la economía real, lo cual ha abierto una amplia brecha entre lo que reflejan las cotizaciones y lo que muestran los índices de actividad.

El Ibex 35 termina esta semana con una ganancia del 2,08% y cierra en 6.857,20 puntos, un nivel desconocido desde los primeros días de julio del pasado ejercicio. La contratación, sin embargo, se ha mantenido en unos niveles que no indican que las tomas de posiciones se hayan generalizado.

Para los analistas, optimistas impenitentes, la recuperación está cada vez más cerca, aunque el Banco Central Europeo (BCE) haya revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para este año hasta situarlas entre el 0,4% y el 1,0%. La recuperación, dicen en el BCE, no se producirá hasta 2004, año en el que la economía de la eurozona crecerá entre el 1,1% y el 2,1%.

Así las cosas, los recientes avances de la Bolsa no se han apoyado en las economías de la zona, sino en la de Estados Unidos, en donde la recuperación parece más posible a medio plazo, aunque no segura.

La disociación entre los índices de las bolsas y la situación económica plantea problemas inmediatos en los mercados, pues todo desequilibrio supone un posible incremento de la volatilidad. La única coartada con que cuentan los mercados en esta situación es el diferencial entre los resultados de las grandes empresas entre este ejercicio y el anterior, cuando las crisis de las telecomunicaciones y de Latinoamérica pasaron una importante factura a sus cuentas.

Las ganancias parecen enormes este año, pero uno de los problemas que plantea esta situación es si podrán las grandes empresas tirar de las bolsas sólo con unos resultados comparativamente mejores en un entorno económico todavía deprimido.

El Bundesbank estima que Alemania crecerá este año entre el 0,1% y el 0,2%, al tiempo que un instituto económica afirma que, tras ceder la economía el 0,1% en el segundo trimestre, el país se encuentra en recesión y, al bajar la inflación 0,2 puntos en mayo, está más cerca de la deflación.

Tampoco en Estados Unidos, el motor de los mercados en estas últimas sesiones, las cosas están mucho mejor, ya que el empleo continúa sin reaccionar -las peticiones semanales de subsidio de desempleo han llegado a las 433.750 en esta semana- y la confianza de los consumidores vuelve a resentirse tras el paréntesis de la guerra contra Irak.