El límite de la aversión al riesgo
Durante los meses que han transcurridos de 2003, los partícipes de fondos de inversión están mostrando una clara preferencia por los fondos que, de manera muy general, y obviando problemas potenciales, suelen calificarse como fondos sin riesgo: fondos monetarios, de renta fija a corto plazo y garantizados de renta variable. Hasta tal punto que el volumen de suscripciones netas (suscripciones menos reembolsos) en ese tipo de productos se elevaba a finales de mayo a más de 8.000 millones de euros.
En realidad, se confirma y acentúa lo que ha sido una tendencia bastante arraigada en el mercado español: la preeminencia de los fondos sin riesgo. A finales de 1999, en el que fue sin duda el mejor momento de este mercado, los fondos de inversión que de una u otra forma asumían riesgo en renta fija o variable representaban no más de la mitad de un patrimonio total de 206.000 millones de euros. Ahora, con tres años de bolsas bajistas, ese porcentaje se ha quedado reducido a un 28% de un patrimonio global mucho menor, 182.000 millones.
La bajada de los tipos de interés del euro obligará a los partícipes de fondos a replantearse la situación, algo que ya han tenido que hacer en otros países como Estados Unidos o Japón donde ese proceso está considerablemente más avanzado. Tanto, que los 30 fondos autorizados para la venta en España que invierten en activos del mercado monetario en dólares, han tenido durante los últimos 12 meses una rentabilidad promedio (calculada en dólares) del 0,99%. Para sus equivalentes en yenes esas rentabilidades ya hace tiempo que son nulas por lo que, comparadas con ambas, la rentabilidad media del 2,28% obtenida desde mayo del año pasado por los fondos monetarios en euros domiciliados en España parece un verdadero derroche.
A pesar de todo, el ahorro acumulado en Japón es de dimensiones tan descomunales, que ni unos tipos de interés tan bajos desincentivan la demanda de activos a corto plazo. Así, el mes pasado, en una subasta de deuda pública a dos años, con rendimiento del 0,039%, la cantidad demandada fue 115 veces superior a lo que el Tesoro estaba dispuesto a emitir y representa una cifra equivalente al 40% del producto interior bruto (PIB) japonés.
Entretanto, los fondos de renta variable siguen generando una enorme desconfianza, a pesar de que, desde mediados de marzo, están proporcionando rentabilidades muy atractivas (y apuntando, además, a una recuperación de las economías). Aunque no es raro que la desazón prevalezca si se observa que los fondos de renta fija, al estar también obteniendo rentabilidades más que aceptables, parecen apuntar en dirección contraria.
Juan Ignacio Crespo es director de Análisis de Lipper
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