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CRISIS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Tamayo hizo negocios urbanísticos cuando ya era directivo de la FSM

El PSOE pedirá al fiscal que analice si hubo tráfico de influencias para recalificar terrenos

En los diez años que ha ocupado un puesto en la ejecutiva regional del PSOE, Eduardo Tamayo, el diputado disidente, ha acrecentado su poder político tanto como su discreto patrimonio inmobiliario. Desde la década anterior, ha adquirido unos 24.000 metros cuadrados de terreno en la sierra norte madrileña. El PSOE pedirá en las próximas horas a la Fiscalía que investigue si ha habido tráfico de influencias en las actividades inmobiliarias de este diputado.

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Eduardo Tamayo ha compatibilizado su vida política en la dirección de la Federación Socialista Madrileña (FSM) con el cuidado y acrecentamiento de sus intereses inmobiliarios. Desde los años noventa ha desarrollado diversas actividades inmobiliarias en el norte de Madrid. Constituyó a principios de la anterior década una sociedad, Losa Morilla, cuyo objeto era la "redacción y desarrollos de proyectos de arquitecturas e ingeniería, referidos a todo tipo de espacios urbanos, edificaciones y obras de construcción civil". Esta sociedad tiene como patrimonio una parcela de terreno urbanizable de 20.624 metros cuadrados. Al mismo tiempo que era secretario del Ayuntamiento de El Berrueco, municipio que comparte con La Cabrera la ubicación de su finca, se dedicó a pleitos urbanísticos. El ex alcalde de La Cabrera, el socialista Fernando Martínez Jorrín, era su socio y propietario inicial de los terrenos, y quien le nombró secretario de dicho municipio.

Este ex regidor destila igual odio a José Blanco, secretario de Organización del PSOE, por el "linchamiento" de su amigo Tamayo, "un hombre como la copa de un pino", que al alcalde de El Berrueco, Jaime Sanz (PP), por rebajar sus pretensiones de edificabilidad. El matrimonio entre Martínez Jorrín y Tamayo evidencia el entramado que se denunció al comité de Ética del PSOE en noviembre de 2002. En esa denuncia se planteaba que los seguidores de José Luis Balbás, jefe del grupo Renovadores por la base, tenían nexos económicos, como Martínez Jorrín y Tamayo, entre otros muchos casos. Al igual que su patrón, José Luis Balbás, el diputado Tamayo supo acrecentar su poderío político en la FSM e inmobiliario en el terreno madrileño.

Tamayo halló una veta en las herencias. Pleiteó los terrenos en litigio por muertes sin testar y, como honorarios, cobró en terrenos. Esta práctica la confirman los alcaldes socialistas de Patones, José Manuel Herreros, y de Uceda (Guadalajara), José Luis Herreruela. Por esta vía, se hizo con un patrimonio inmobiliario de 3.370 metros cuadrados sólo en Uceda (Guadalajara), fruto de un vecino de Patones fallecido, de los que 2.451 metros cuadrados son fincas urbanas, y el resto fincas rústicas. En Patones, se hizo, al menos, con sendos solares de 72 y 100 metros cuadrados.

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