La capital de Liberia se queda sin hospitales en pleno conflicto bélico

La situación sanitaria en Monrovia, la capital liberiana, se ha deteriorado gravemente desde que el viernes pasado las tropas rebeldes iniciaran el avance sobre la ciudad. "En este momento no hay hospitales públicos en funcionamiento", dice Tom Quinn, miembro de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la zona. "Personal y pacientes han abandonado el último hospital que estaba abierto", señala. El centro sanitario, ubicado al norte de la ciudad, quedó en los últimos días en la línea del frente de los combates.

En plena época de lluvias, con cadáveres en las calles, el peligro de un brote epidémico es elevado, según MSF, que ya ha registrado un aumento de casos de sarampión. Las organizaciones humanitarias, que han mantenido a un personal mínimo en el país, trabajan en una grave situación de precariedad en las escasas clínicas y en los improvisados centros sanitarios que están en funcionamiento. "Intentamos atender a las más de 20.000 personas desplazadas que se encuentran hacinadas dentro de un estadio de deportes", explica Quinn. Éstas forman parte de las decenas de miles de liberianos que han huido de sus casas, según la ONU, y que han buscado refugio en la capital. Además, en las últimas semanas, unas 23.000 personas han escapado rumbo a Costa de Marfil.

El presidente liberiano, Charles Taylor, aceptó ayer establecer un alto el fuego con las tropas rebeldes de la agrupación Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD). El acuerdo deberá ser refrendado el próximo fin de semana, señaló el jefe de la diplomacia de Ghana, país que participa en las negociaciones para el fin de las hostilidades, informan las agencias.

Aunque el acuerdo es precario, las organizaciones humanitarias son optimistas. "Esperamos que el alto el fuego se mantenga", dice Quinn; "si la situación mejora y se detienen los combates en la ciudad, podremos empezar mañana mismo [por hoy] a intentar reabrir los centros sanitarios".