PSOE y BNG se apoyarán en 50 municipios y harán coaliciones en las ciudades

El PSOE y el BNG pusieron fin ayer a más de una semana de arduas negociaciones y firmaron la renovación de los pactos municipales que han mantenido en los últimos cuatro años. Esgrimiendo la bandera de la "regeneración ética", socialistas y nacionalistas acordaron apoyarse mutuamente en medio centenar de municipios gallegos donde ninguna fuerza obtuvo mayoría absoluta, para cerrar el paso al PP. Los máximos dirigentes de las dos formaciones también se comprometieron a constituir gobiernos de coalición en Vigo, Santiago y Pontevedra -las dos primeras con alcalde socialista y la última nacionalista- y en la Diputación de A Coruña.

Los acuerdos firmados por el secretario general del PSdeG-PSOE, Emilio Pérez Touriño, y el coordinador de la Ejecutiva del BNG, Anxo Quintana -el líder de esa formación, Xosé Manuel Beiras, se encuentra en el extranjero- se daban por hechos desde la noche del 25-M, pero han tenido que sortear las dificultades de un clima enrarecido por los resultados de las urnas. La pérdida de las alcaldías de Vigo y Ferrol predispuso a los nacionalistas contra sus aliados, a los que culpan de haber mantenido una actitud poco leal en ambos gobiernos locales. El PSOE avanzó notablemente el 25-M.

Por encima de esos recelos ha prevalecido el interés común de configurar una alternativa al PP, y ambas fuerzas han sorteado todos los escollos, incluido el principal, la Diputación de A Coruña, la única de Galicia en la que no gobernará el PP. El BNG dará su apoyo al candidato socialista, Salvador Fernández Moreda, encuadrado en el sector del partido más hostil al nacionalismo, y el PSOE le cederá a cambio la única vicepresidencia de la institución. En cuanto a los municipios, se establece un compromiso general de apoyo mutuo que respeta la prevalencia de la lista más votada de los dos. La formación de coaliciones se deja a la decisión de los dirigentes locales, aunque con el compromiso de ambas fuerzas de propiciar gobiernos conjuntos en las ciudades.

Durante la firma de los acuerdos, Pérez Touriño y Quintana se esforzaron por transmitir una imagen de cordialidad. El socialista llamó "compañero" a su interlocutor del BNG y le agradeció explícitamente su actitud, mientras el dirigente nacionalista subrayó: "Esto no es un mal menor para nosotros, sino algo positivo y deseable".