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Bodiroga: "Me interesa un teléfono móvil sencillo y con un menú claro"

El campeón mundial y europeo de baloncesto prepara su página oficial

Cuando Dejan Bodiroga acaba su jornada laboral en el Palau Blaugrana lo primero que hace es buscar su móvil, ese aparato diminuto que lleva camuflado en su mano. Y habla. Habla mucho. Con su familia en Yugoslavia. Con los muchos amigos que dejó en Italia y en Grecia. "Es cierto que paso mucho de mi poco tiempo libre colgado del móvil", dice con una sonrisa el mejor jugador de Europa, el que llevó al Barcelona a conquistar la Euroliga el pasado 11 de mayo.

Desde que lo descubrió en 1996, cuando jugaba en Italia, el móvil es un aparato imprescindible. En su casa, el teléfono fijo prácticamente ha pasado a la historia. Existe, por supuesto, pero las facturas que duelen pertenecen al pequeño aparatito.

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Y eso que el campeón mundial con Yugoslavia pertenece a una generación que creció en la calle pegada a un balón. Las nuevas tecnologías le pillaron un poco descolocado.

A Bodiroga no le preocupa que el móvil sea o no de última generación. "Me interesa que el modelo sea sencillo, fácil de utilizar y con un menú claro". Mientras conversa, Bodiroga sostiene en su mano un pequeño móvil, un modelo ligero, discreto y moderno, pero que nada tiene que ver con los aparatos más avanzados con cámara de fotos.

El móvil es para él una herramienta que le permite hablar con cualquier punto del mundo. Reconoce el alero serbio que de vez en cuando se entretiene con los juegos que lleva incorporados. "Pero tengo que estar muy aburrido para que eso suceda", aclara. Rara vez envía mensajes.

Bodiroga prefiere emplear su tiempo charlando con los amigos al calor de una copa en un bar o en medio de la naturaleza. "Creo que uno de los grandes problemas de las nuevas generaciones es que no tienen medida del uso que deben hacer de estos aparatos; les dedican demasiado tiempo".

Desde hace unos cuatro años en su casa tiene un ordenador portátil. Con él, y a través de Internet, se acerca a las páginas de la prensa de su país, que en Barcelona no encuentra en papel. Así se mantiene al corriente de todo lo que sucede en la antigua Yugoslavia.

Consciente de la importancia que han cobrado las páginas web como medio para acercarse a los aficionados y como fuente de nuevos recursos, el crack yugoslavo ya se ha puesto manos a la obra: en breve contará con página oficial propia.

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