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Reportaje:

Un examen con Carrero Blanco

25.650 estudiantes inician la selectividad sin incidentes para optar a las 38.000 plazas universitarias del próximo curso

Sentadas en un muro de la Universidad Complutense y escuchando un disco compacto entre las dos, Marta del Peso y Patricia Cahue, no mostraban ayer ninguna tensión por haber iniciado las pruebas de selectividad. "El día del examen es mucho mejor cantar y escuchar música y no repasar los apuntes a última hora", explican estas dos amigas de 17 años alumnas del instituto Leonardo Da Vinci de Majadahonda. Y fieles a su principio de mantener la calma ante todo se mueven al ritmo de Platero y tú y de los Reincidentes mientras explican algunos de los pormenores de la prueba de lengua y literatura que acaban de pasar.

Ellas son dos de los 25.650 estudiantes de bachillerato Logse y COU (sólo 189) que del 10 al 12 de junio se presentan a los exámenes de selectividad en las seis universidades públicas madrileñas. La mayoría quiere optar a alguna de las 38.000 plazas de primer curso que ofrecerán las facultades en septiembre.

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"Lo peor ha sido la literatura porque quién iba a pensar que preguntarían la novela hispanoamericana de la mitad del siglo XX. Yo creía que iba a caer la generación del 27 o algo así", explica del Peso. En el examen les han dado a elegir dos textos, un fragmento de Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, y un ensayo sobre Deporte y sociedad en Europa. A los de la primera opción se les pide también que hablen de las tendencias de la poesía de posguerra y a los de la segunda que se explayen sobre la novela hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX.

Dicen que llevan estudiando cerca de una semana. "Algunos días hemos ido a la biblioteca de Majadahonda pero es un agobio porque está llena de gente, así que el pasado domingo nos fuimos con nuestros apuntes al parque Polvoranca de Leganés y allí sí que aprovechamos el tiempo. Ese parque es la leche, grande y con mucho silencio", describen las dos amigas con entusiasmo.

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A Del Peso le gustaría cursar arte dramático. Para eso no necesita la selectividad. "Me he presentado por si acaso, para tener el título, no porque de él dependa mi futuro", asegura. La situación de Cahue es distinta: "Quería estudiar medicina pero piden una nota muy alta, de un 8, así que acabaré en ingeniería química que también me gusta, porque sólo exigen un 5,7", admite.

En la jornada de ayer, la primera, no se registró incidente alguno y los campus se llenaron de chavales con sus carpetas y sus bocatas. Eso sí, hubo algún estudiante que se equivocó de aula y quien en vez de acudir al campus de Móstoles se fue al de Fuenlabrada. En la universidad Rey Juan Carlos una chica escribió, en la misma papeleta del examen, una frase de agradecimiento al profesor que lo corrija.

No hubo expulsiones significativas por copiar, dar el cambiazo o utilizar chuletas aunque algunos alumnos aseguraban que en su aula se habían dado todas estas modalidades de picaresca estudiantil. Carlos, de 17 años, alumno del Colegio Británico, no copió pero cree que era fácil hacerlo. "Se supone que llevo tiempo estudiando pero la verdad es que empecé el lunes para examinarme hoy martes. Esta mañana estaba un poco nervioso pero ya no porque he hecho bien los exámenes de lengua y de inglés", explica este joven de 17 años que quiere estudiar Derecho y Dirección de Empresas.

Él estaba convencido de que en el examen de historia, celebrado por la tarde, caería la Constitución de 1978. Pero no acertó porque les preguntaron sobre la Segunda República y sobre personajes y hechos históricos como Carrero Blanco, Espartero, el carlismo y la sociedad estamental.

Pablo Lapuente, de 19 años, quiere aprobar la selectividad para estudiar Filosofía pura. Y al menos ha comenzado las pruebas con buen pie porque ayer salió contento de los exámenes. "Y eso que yo soy un cataclismo en inglés", confesó. No sabe en qué trabajará cuando se licencie porque la docencia no le gusta. Pero eso queda lejos. Ahora le preocupa poder entrar en la facultad, algo que ve sencillo. "Como no tienen casi alumnos están desesperados y la nota de corte es de un 5", asegura este vecino de Aldea del Fresno que estudia en el colegio Lourdes. Irene Rodríguez, su compañera de clase, cree que ésto de la selectividad es un mito: "Vienes asustada pensando que va a ser terrible y luego compruebas que no es para tanto".

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