"Ni soy un aventurero ni represento ningún peligro para Cantabria"
Miguel Ángel Revilla (1943), secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), se ha convertido en el personaje más controvertido de la política cántabra. El político mejor valorado de la comunidad, según las encuestas, obtuvo el 19,4% de los votos en las elecciones del 25-M, y será el próximo presidente de la región tras firmar un pacto con el PSOE (29,91%) para desalojar del poder al PP (42,4%), partido ganador de los comicios y con quien compartió el Gobierno durante los últimos ocho años.
Revilla, un ex director de banco y profesor de Economía, socarrón, a quien treinta años de actividad pública al frente de un regionalismo ideado por él le han hecho conocido en todos los rincones de Cantabria, niega que haya aceptado el cargo por ambición. Dice que lo hace por la coincidencia de programas entre su partido y el PSOE. Asegura que en la calle ha recibido muchas más felicitaciones que reproches por su decisión.
"Un 20% de votos con el PRC vale más que una mayoría absoluta del PP o del PSOE"
Pregunta. ¿No le produce cierto sonrojo llegar a presidente de Cantabria siendo el tercer candidato más votado?
Respuesta. No, en absoluto. Sacar un 20% de votos con un partido regionalista tiene mucho más mérito que una mayoría absoluta de PP o PSOE. Durante toda la campaña yo dije claramente que quería ser presidente y he dicho también que para eso no era necesario ser la lista más votada, sino tener una subida de votos que justificara recibir la confianza de otro partido. Creo que no ha habido otro partido en España que haya tenido una subida del 60%: de 42.896 a 67.003 votos. De todos modos, el acuerdo se basa en la coincidencia casi total de nuestros programas; si no fuera así, no hubiera tenido inconveniente en estar en la oposición.
P. Sorprende un poco la rapidez con la que el PSOE le ha dado la presidencia
R. Este tema no se ha discutido ni un minuto. El PSOE ha visto una oportunidad de cambio, pero era consciente de que nosotros no podíamos dar la presidencia a un partido que ha obtenido el 30% de los votos y que ha bajado en estas elecciones.
P. Sus antiguos socios le acusan de tener cerrado el pacto con el PSOE antes de las elecciones.
R. Eso no es cierto. Rotundamente. Lo puedo jurar.
P. A muchos les ha sorprendido que acabaran con un pacto con el PP que consideraban positivo para Cantabria.
R. En el último año, los choques con el PP han sido terribles: la guerra de Irak, el Plan de Ordenación del Litoral y una campaña diseñada claramente por algún "estratega" del PP para echarme del Gobierno, con descalificaciones de gente como Mariano Rajoy, que ni siquiera me conoce. Si a mí me faltan dos escaños para la mayoría absoluta no hago una campaña agresiva contra mi socio por si luego me hace falta. Además, el PP pretendía quitarse de encima el "monstruo" que habían creado dándonos poder y gobernar con el apoyo implícito de los socialistas a cambio de acuerdos en los ayuntamientos. Al PP le va a venir bien pasar una temporada en la oposición, para saber quiénes son de verdad los suyos.
P. ¿En qué van a notar los ciudadanos el cambio?
R. Voy a imprimir un talante de cercanía y normalidad al Ejecutivo. El Gobierno tendrá tres características: honestidad -perseguiremos el mínimo atisbo de corrupción-, trabajo sin límites y capacidad probada de gestión. Tendremos al mejor equipo aunque no sean afiliados. Es más, habrá consejeros independientes.
P. La legislatura anterior fue la de las infraestructuras, con el inicio de las obras de la autovía de la meseta. ¿Cuáles van a ser las prioridades de su Gobierno?
R. La primera de todas es recuperar la industria. Cantabria no es sólo turismo y vacas. El peso de la industria en el PIB de Cantabria ha caído del 42% al 23% en 30 años. Gracias a la nueva ley del suelo podremos expropiar terrenos para crear al menos tres macropolígonos, entre ellos un parque tecnológico en Santander. No es normal que la mitad de los titulados de la Universidad de Cantabria tengan que irse a trabajar fuera. La segunda prioridad es la vivienda: construiremos 8.000 viviendas protegidas. También estamos de acuerdo en las políticas sociales y de bienestar para personas mayores y discapacitados. Apostamos por un turismo de calidad y no sólo de verano. Vamos a licitar cuatro puertos deportivos con 5.000 atraques y proyectamos entre cuatro y seis campos de golf. Uno de ellos queremos que albergue una casa-museo de Severiano Ballesteros.
P. ¿No resulta sospechoso que la Asociación de Constructores Promotores de Cantabria haya sido la primera en apoyar el pacto?
R. No son las grandes empresas como ACS o Ferrovial, sino los pequeños constructores cántabros descontentos con la adjudicación de las obras del Estado, de las que no han visto ni un duro. Los pequeños constructores no olvidan que conmigo en la consejería han hecho el 93% de la obra pública.
P. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, les comparaba el pasado día 5 con el PNV o CiU.
R. Decir eso es de una ignorancia incalificable. Somos profundamente españoles porque somos cántabros. Yo soy la antítesis del nacionalismo. No soy ningún aventurero ni un peligro para el futuro de Cantabria.
P. Usted es un líder muy carismático dentro de su partido. ¿Hay vida en el PRC después de Revilla?
R. Por supuesto, de los cinco mejor valorados de Cantabria, tres son del PRC: el primero, Revilla, el tercero, Rafael de la Sierra (candidato a alcalde de Santander), y el quinto, López Marcano (alcalde de Torrelavega).
P. Sectores de la derecha santanderina bromean diciendo que irá a la investidura en albarcas [zuecos tradicionales de madera].
R. Soy de pueblo y presumo de ello. En la fiesta de mi pueblo me gusta calzarme las albarcas y subir al puerto con una vara detrás de las vacas, pero cuando tengo que ponerme zapatos y corbata, me los pongo. Defender las raíces y la cultura de un pueblo es moderno y progresista.
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