Algunos de los "cachondeos" del SAS

Recientemente, acompañé a un familiar de 94 años, sin movilidad en las piernas, con sonda vesical desde hace 14 años, afiliado a la Seguridad Social, al Servicio de Urgencias del Reina Sofía de Córdoba, produciéndose el ingreso en dicho servicio a las 3.08 horas. Tras una primera exploración, se le hace una radiografía y analítica. A pesar de que esa noche la cosa esta tranquila en el Servicio de Urgencias (sólo una paciente en la sala de espera), los resultados tardan tres horas.

Como quiera que del resultado de estas primeras pruebas no se deduce el origen de los dolores que padece, se decide ampliar la analítica. Los resultados tardan otras tres horas. Nos ponemos ya en las nueve de la mañana.

Conocidos los resultados de esa segunda analítica se le da el alta al paciente y para el traslado dentro de la misma ciudad se solicita una ambulancia a las 9.05 horas. Ésta no llega hasta pasadas las 12.00 horas. En total, el paciente está nueve horas en una camilla rígida, con los mismos dolores que a su llegada y, a éste y al familiar que le acompaña, pero especialmente al enfermo, sin tomar alimento alguno. En este centro sanitario, el trato humanitario brilla por su ausencia.

Con motivo de la guerra de Irak, alguna consejera de la Junta de Andalucía, organismo del que depende la sanidad pública andaluza, comparaba la actitud de EE UU con la de los maltratadores. Sería interesante que esta consejera, que a la vista de sus opiniones debe de ser experta en el tema, además en su calidad de decana de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, nos dijera qué calificativo otorgaría a los responsables de los hechos anteriores, con los que comparte mesa y mantel en el Gobierno andaluz, cuando estos están más próximos de un caso de tortura que de malos tratos y cuando no es un caso aislado sino que, días después, otras personas eran objeto de la misma tortura acompañando a un familiar anciano recién operado.