La familia de una joven asesinada halla pruebas en el lugar del crimen

Sandra Palo Bermúdez, de 22 años, fue asesinada el pasado 17 de mayo. Su cadáver fue hallado en una cuneta de la carretera de Toledo tres días después. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía rastrearon la zona. Pero los familiares lo dudan. Entre el viernes por la noche y ayer por la mañana los parientes dicen haber encontrado un walkman y una camiseta de la víctima donde fue hallado el cadáver.

El padre de Sandra encontró el walkman de su hija el pasado viernes por la noche y de "casualidad", según explicó ayer su esposa, María del Mar. "Mi marido estaba fumándose un cigarro con otra gente por la zona donde fue encontrado el cadáver. Cuando fue a tirar la colilla, miró al suelo y se topó con el walkman", señaló María del Mar. Los familiares de la víctima llamaron al Cuerpo Nacional de Policía para que se llevaran la prueba. Ante las novedades, ayer por la mañana el padre organizó una patrulla con amigos y familiares para rastrear de nuevo la zona. "Mi marido y un grupo se fueron con la fresca, a las siete de la mañana. Y al rato me llamaron para decirme que habían encontrado una camiseta rosa que pertenecía a Sandra", relató la madre.

De nuevo, los familiares llamaron a la policía y, según su versión, esta vez no fueron "bien atendidos". "Nos dijo el policía que estaba de guardia que llevásemos la camiseta nosotros a las dependencias policiales, que nadie iba a ir a buscar la prueba", aseguró la madre de la víctima. Unos familiares llevaron la prueba hasta las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, en la capital, y otros fueron a la comisaría de Leganés a denunciar que, a su juicio, la zona donde el pasado 19 de mayo apareció el cadáver de Sandra no había sido peinada por la policía.

Sandra, que era disminuida psíquica, residía en el barrio de Las Margaritas (Getafe) con sus padres y sus dos hermanos de 20 y 9 años. Según contó ayer su madre, la joven salió el viernes por la tarde del taller ocupacional Carmen Valcárcel (Fuencarral) y se fue desde allí con dos amigos a una discoteca de Orense (Chamartín). Sandra estuvo bailando con sus amigos hasta la una de la madrugada. "Después, se fueron a la plaza de Castilla a casa de uno de los chavales, que le dejó a Sandra el walkman que ha aparecido luego para que fuese escuchando música de vuelta a casa", relató la madre. El dueño del walkman se quedó en su casa y Sandra, con el otro chaval, se encaminó hacia la parada de autobuses que hay en plaza Elíptica. Allí, supuestamente, cogió un autobús nocturno para regresar a casa. "Mamá, hemos perdido el último metro y voy a intentar coger el búho ", le dijo por el teléfono móvil a su madre sobre las dos y cuarto de la mañana. La madre también recibió, según ella, dos mensajes desde el móvil del chico que acompañó a su hija hasta la parada. En uno le pedía que le mandara un mensaje cuando Sandra llegara a casa y en otro le decía que ya no hacía falta.

Pero Sandra nunca llegó. Un camionero la encontró muerta tres días después de su desaparición en una cuneta de la carretera de Toledo (N-401). Su cadáver presentaba signos evidentes de violencia y estaba parcialmente quemado.