Compra de firmas
Estoy indignada. Acabo de saber por un compañero de trabajo de mi marido que, a cambio de un balón, unas espinilleras y una gorra, el señor Llauradó compra firmas -y quién sabe si votos- para las elecciones del Barça. Una vez más, la frontera entre falta de ética y desvergüenza, cuando no fraude, es evidente. Estas elecciones deberían servir para acabar con estas prácticas, no para fomentarlas. Mi voto, pues, para el señor Laporta. Visca el Barça!-
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