Indios para Polonia
Rastreadores de EE UU instruyen a policías de fronteras
Jasson García, Bryan Nez y David Scout son tres funcionarios del servicio de Aduanas de EE UU con rango de capitán y que acaban de concluir una estancia de casi tres semanas en Polonia. Hasta aquí todo resulta normal, pero estos tres funcionarios tienen una característica que les da un rasgo peculiar. Se trata de tres auténticos pieles rojas del único destacamento de rastreadores de EE UU, creado en 1977 y formado sólo por indios. Para aprovechar sus facultades, heredadas de sus antepasados, se creó el destacamento bautizado Shadow Wolf, algo así como Lobo a la sombra. El nombre proviene de uno de los pioneros del grupo de pieles rojas al que llamaban Lobo.
Nez, de 51 años, es navajo. Scout, de 30, sioux. García es hijo de madre tohono y de padre hopi. Los tres aduaneros pieles rojas se encuentran en Polonia para instruir a sus colegas polacos en las técnicas de rastreo y persecución de contrabandistas y traficantes de toda laya. Se trata de contribuir a evitar que las fronteras sur y este de Polonia se conviertan en un coladero para el tráfico ilegal de armas, mujeres, vehículos robados o droga. La frontera este será dentro de un año la frontera oriental de la UE.
Katatarzyna Dragan, de la Embajada de EE UU en Varsovia, explica a EL PAÍS que el grupo está por primera vez en Polonia, llegaron el pasado 18 de mayo y ayer concluyeron su trabajo, tras instruir a los polacos en sectores fronterizos con Bielorrusia, Ucrania y el enclave de Kaliningrado que pertenece a Rusia. Explica Dragan que los aduaneros indios trabajan habitualmente en Arizona, en la frontera con México, en el terreno de una reserva. Se ocupan de rastrear a traficantes de drogas que pasan la frontera a través del territorio de la reserva. Son personas de origen indio especializadas en lo que es el mayor problema existente en la frontera de México y EE UU: la emigración ilegal y el tráfico de drogas.
Su trabajo en Polonia ha consistido en "preparar a personal polaco en el rastreo de emigrantes ilegales y se supone que estas personas pueden traer consigo de todo: armas, drogas, explosivos o productos para la producción de armas de destrucción masiva".
El diario Gazeta Wyborcza publicó un reportaje con fotos titulado Rastreando con lobos y habló con estos peculiares aduaneros norteamericanos encargados de formar a los polacos. El navajo Nez cuenta que su abuelo le educó para la supervivencia: "Me dijo que la vista, el oído y el olfato se agudizan durante el rastreo. Es verdad. Estas capacidades existen en cada uno de nosotros, pero es necesario desarrollarlas durante toda la vida". Añade el aduanero navajo: "Cuando persigo a un grupo de contrabandistas siento el olor de su comida, el humo de los cigarrillos y de la marihuana. Esto lo huelo a un kilómetro". Estos rastreadores no se limitan a las técnicas de sus antepasados, sino que también se sirven hoy de la moderna tecnología GPS para reconocer mejor la topografía del terreno.
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