TVE coproducirá al año un mínimo de cinco series de dibujos españolas

Juan Menor, director de Televisión Española (TVE), informó ayer en Barcelona de que la cadena pública tiene previsto coproducir al año "cuatro o cinco series de dibujos animados, como mínimo, con productores españoles", lo que significará, según él, una inversión anual de entre tres y cinco millones de euros. Menor hizo este anuncio durante su intervención en la I Jornada de Animación -organizada en Barcelona por la Asociación de Productores Independientes de Animación (APIA), que reúne a seis de las más solventes empresas del sector- tras recibir duras críticas de los asistentes por "la falta de apoyo" de la principal cadena pública del país a los dibujos españoles, que, paradójicamente, son reconocidos internacionalmente.

La promesa de Menor, realizada después de exponer éste un panorama de restricciones económicas en Televisión Española, que este año dispondrá de 100 millones de euros menos para compras audiovisuales, empujó a los productores a pedirle un mayor grado de compromiso. Concretamente, la presidenta de la APIA, Cristina Bradner (Neptuno Films), le reclamó la firma de un convenio que garantice la coproducción por parte de TVE de las mencionadas series.

El director de la cadena aceptó, no sin alguna reticencia. "Sí, eso daría estabilidad, y a todos nos gustaría firmar un convenio. Los papeles se hacen para que las partes se sientan más seguras, aunque lo más importante es el espíritu", señaló. Menor se refería a la voluntad que había expresado momentos antes de participar en la producción de dibujos autóctona, "no sólo para ayudar a la industria, sino porque nuestro deber como operadores es hacia el público, en este caso los niños y los padres".

En este sentido, el responsable de la cadena aseguró que TVE va a excluir de su parrilla los espacios con "contenido antipedagógico", y tiene intención de reforzar "la línea pedagógica" en los contenedores de programación infantil que prepara la cadena.

La I Jornada de Animación, que reunió a productores, operadores y representantes de las administraciones, evidenció la carencia de una normativa que proteja al sector de la "colonización" de los dibujos japoneses y de EE UU.