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Reportaje:

PHotoEspaña: cuando el "yo es el otro"

NosOtros (identidad y alteridad) es el genérico con el que se presenta la actual edición de este festival de la fotografía: PHotoEspaña 2003 (PHE03; VI Festival Internacional de Fotografía. Madrid. 11 de junio-13 de julio. www.phedigital.com). Un encuentro que recoge materiales de la alteridad, retratos sobre los otros. Se trata de un festival que con los años ha ido perfilándose como un buen escaparate de la obra de autor. Pero lo cierto es que estas fórmulas de manifestaciones, actualmente, nos guste o no, van perdiendo fuerza a causa de los nuevos sistemas de comunicación y difusión del medio (como ocurre con el más veterano y arquetípico, el de Arlés, por ejemplo, que ya empieza a formar parte del álbum de la nostalgia).

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De aquí, la pregunta: ¿para qué sirve un festival de fotografía a estas alturas del siglo? Conste que apuesto por su mantenimiento, pero estas historias empiezan a agonizar. Nacieron en el siglo XX con vocación de información directa y en un momento en el que la fotografía no estaba totalmente segura consigo misma. Pero después irrumpieron en escena otros medios alternativos, de mayor impacto, que relativizaron la funcionalidad de estos acontecimientos: Internet, las televisiones digitales y la consiguiente limpieza visual de muchos de sus contenidos, las revistas especializadas, el cuidado editorial de los suplementos dominicales... En general, un variado repertorio de ágiles y democráticos canales de comunicación que tomaron como punto de partida una suerte de verbo visual, íntimamente ligado a la instantánea.

Lo cierto es que históricamente el "asunto fotográfico" en España hasta hace unos pocos años ha funcionado con unas cuantas horas de retraso respecto al horario específico de otros países (con bastante horas menos que en Francia o en Estados Unidos, por ejemplo); pero, visto desde lo positivo, PhotoEspaña 2003 funciona -aquí hace falta-. Se nota el buen hacer profesional de su directora artística Oliva María Rubio. En definitiva, es un acontecimiento que llena una laguna cultural.

Para establecer un mapa -una guía del viajero fotográfico- que nos conduzca, en Madrid, por las mejores rutas de este proyecto empezamos por valorar las intenciones de su guión más que por el índice de autores. Aquí hay mucho del yo... "Por aquí desfilan, entre fotos, la literatura de Arthur Rimbaud (El yo es el otro), que nos lleva a la personificación de que el "yo es otro". Así, en el apartado expositivo, que trata sobre la indagación sobre el yo, se construye un análisis consistente en la investigación "sobre el otro donde surge inmediatamente la relación con el yo, porque el primer otro soy yo, ya que el otro es también el otro que hay en nosotros". Una apuesta por el contrapunto de la identidad que funciona como dos espejos frente a frente...

Pero volviendo a la progra-

mación concreta, nos remitimos a las doce muestras que ofrece la sección oficial -especialmente recomendadas las realizadas en el Centro Cultural Conde Duque, en el Centro de Arte Museo Nacional Reina Sofía, en el Jardín Botánico y en el Círculo de Bellas Artes-. En todas estas salas -como prácticamente ocurre con la totalidad de su catálogo- se sigue apostando por lo distante (tanto en el tiempo como en el espacio). Así, la exposición De cerca nadie es normal (Sala Juan de Villanueva del Centro Cultural Conde Duque, del 12 de junio al 13 de julio), que reúne la obra de autores, ya clásicos, como Gianni Berengo Gardin y Carla Cerati, Chris Steele Perkins, Raymond Depardon, Claudio Edinger, Silvio Wolf o Chien-Chi Chang, entre otros, junto a una selección de la revista Colors. Comisariada por Enrica Viganó, esta propuesta pretende recorrer "algunas etapas de la relación existente entre salud mental y la sociedad, y mostrar, al mismo tiempo, la forma de entender el concepto de normalidad, o anormalidad, en la identidad humana por parte de diez artistas que trabajan con la fotografía".

Aquí, Chien-Chi Chang (Taiwan, 1961) presenta una contundente colección: The Chain (La cadena) es una serie de instantáneas captadas en un psiquiátrico de Taiwan en donde los pacientes permanecen atados, de dos en dos, con una cadena. En este mismo centro cultural podemos ver las exposiciones de Pierre Gonnord/Tanit Plana (12 de junio-13 de julio) y las Identidades transitorias, con dos obras audiovisuales de Isabel María (Habitación de viaje) y del joven colectivo Transnational Temps (Biometrics); la primera es un proyecto audiovisual cuyo hilo conductor gira en torno al "concepto de una identidad nómada y urbana", simultáneamente, influenciada por los efectos mediáticos; por el contrario, Biometrics explora los sistemas informáticos de reconocimiento e identificación del individuo, así como las "posibles repercusiones de la transformación de la identidad personal en un simple código de barras" (como elemento taxonómico y control de la persona y la sociedad por el Estado).

En el Círculo de Bellas Artes recomendamos especialmente las imágenes de Joel-Peter Witkin (del 7 de junio al 5 de julio), registros de extraña belleza que constituyen el denominador común de la globalidad de su producción, que fue determinante décadas atrás (gente desechada, en numerosas ocasiones por la sociedad: hermafroditas, enanos, personas que han sufrido amputaciones, cadáveres, andróginos...); un universo de imágenes fantasmas que gira entre lo literario del ensayo Bajo el signo de Saturno, de Susan Sontag, y Las lágrimas de Eros, de Georges Bataille. También, en este mismo espacio, se pueden visitar -en la Sala Minerva- el proyecto de Kim Sooja (Taegu, Corea, 1957), Epitaph en el que ofrece una respuesta visual de una forma muy personal, distante de las rutinas, a los sucesos del 11 de septiembre, en Nueva York (lo hace junto a la colección Encounter: Sewing into Looking [Encuentro: Coser y mirar]) y la exposición, en la Sala Picasso, Al otro lado, producida por cuatro autores de origen judío: dos de ellos viven en Jerusalén (Efrat Shvil y Didier Ben Loulou) y los otros dos en la diáspora (los fotógrafos Michal Rovner y Matei Glass), que tratan en primera persona el conflicto palestino/judío.

El retrato, en todas sus ma

nifestaciones (desde el análisis de los modos de vida hasta la descripción más realista de quienes se sitúan ante el objetivo), nos guía formalmente entre todos los conceptos de la programación. Recomendamos el trabajo de Rosângela Rennó, Ceremonia del adiós (Casa de América /Galería Americana; del 12 de junio a 20 de julio). Se trata de un interesante álbum sociológico sobre la foto de bodas.

O las obras de Colección Lambert, De padres a hijos (Centro Cultural de la Villa, desde el 11 de junio al 13 de julio), que construye una mirada alternativa sobre los usos de los registros fotográficos por diferentes artistas como Christian Boltanski, Bruce Nauman, Douglas Gordon o Jonathan Horowitz...; todos parten de la idea de la metamorfosis, o transformación, para convertirse plásticamente en otros.

PHotoEspaña. Aparte de la sección oficial, se celebrarán este año una serie de encuentros en torno a la fotografía sobre el Sentido y sinsentido de las identidades, dirigidos por José Miguel G. Cortés; y el proyecto PhotoEspaña en la calle, con una trientena de artistas que intervendrán en calles y plazas de Madrid del 12 al 22 de junio.

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