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Tribuna:LA NUEVA SITUACIÓN MUNICIPAL
Tribuna
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Paisajes después de la batalla

Señores guardias civiles

aquí pasó lo de siempre:

Han muerto cuatro romanos

Y cinco cartagineses

Federico García Lorca

El PSOE ha ganado la batalla de las municipales. En España, en general, y en Andalucía, en Castilla la Mancha y en otros muchos territorios, en concreto. Lo que pasa es que, ganando, no ha echado al PP del mundo, y eso ha generado ciertos sentimientos de frustración, de un lado, y ha exacerbado la capacidad crítica de propios y extraños, de otro.

En la Historia de la Humanidad, pocas han sido las batallas que han decidido, por sí solas y duraderamente, el fin de una etapa o el nacimiento de un imperio. Lo normal es que, en las guerras, haya muchas confrontaciones, con diversos resultados incluso, que sólo tengan un peso relativo en el gran combate de fondo. Estamos en ésas.

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Pero hay hechos relevantes. El PSOE ha tenido más votos en España que el PP, por primera vez en diez años. Eso es importante, en sí mismo, y puede significar un inicio de cambio de tendencia, además.

Por otra parte, en la campaña no se ha hablado sólo del pasado, o de la corrupción, o de los excesos en la lucha contra el GAL. Aunque no haya habido, en general, espacio para los programas y los candidatos locales y regionales, el debate se ha centrado en grandes alternativas -política exterior, política de alianzas de gobierno, pensiones, capacitación de los líderes y de los partidos para gobernar, etc, etc-, con lo que se abre un camino más amplio para debates y confrontaciones futuras. Es en este caldo de cultivo en el que el PSOE ha ganado por primera vez en diez años.

Los resultados no han sido homogéneos, sin embargo. En algunas CC.AA., como Cataluña o Asturias, por ejemplo; en algunas capitales andaluzas, como Granada o Almería; o en ciudades medias, como Utrera, Lebrija, Morón o Sanlúcar de Barrameda, los resultados no solo han estado por debajo de las expectativas, sino por debajo de lo exigible. Esos resultados localizados, seguramente, responderán a causas más o menos locales, distintas entre sí, incluso, que habrán de ser analizadas para buscar una respuesta eficaz. De todo ello, sin embargo, lo de Cataluña puede ser especialmente preocupante.

Se ha ganado esta batalla, pues, y se pueden ganar otras. Pero hay que seguir trabajando.

Demos tiempo al tiempo:

para que el vaso rebose

hay que llenarlo primero

Antonio Machado

El caudal de votos del PSOE fue disminuyendo hasta quedar en una situación bastante lamentable entre los años 93-95 y 99-2000. Para estas elecciones, y basándose en elementos tales como la catástrofe del Prestige, la guerra de Irak o el decretazo, algunos podían pensar que se iba a producir un vuelco total. No ha sido así, y es lógico que no haya sido así. El acervo de votantes ha de irse ganando poco a poco, con la acción diaria y las propuestas de futuro.

A la vista de los resultados, parece que el PSOE ha superado la etapa del rechazo de una parte de la ciudadanía. Se ha incrementado la participación en el proceso electoral, en relación con 1999, y parece que una buena parte de esa mayor participación se ha decantado por el PSOE. Se ha producido una conexión entre PSOE y una buena parte de la ciudadanía en movilizaciones y en el planteamiento de reivindicaciones cívicas genéricas. Pero hace falta construir un movimiento de cambio basado en propuestas programáticas y en el señalamiento de horizontes.

Contigo sé a dónde voy.

Otros, no sé a dónde me llevan

Antonio Hombrado, viejo socialista. (En memoria)

La gente necesita certezas, a la hora de elegir a alguien para que gobierne. La gente quiere ser gobernada. Y las certezas derivan de las ideas que se postulan, sí, pero también de la acción de gobierno, de las propuestas que se hacen para el futuro y de la solidez que transmite quien las hace.

Es posible, por ejemplo, que en Sevilla los resultados hayan sido mejores que en otros municipios porque se ha transmitido "ideología de gobierno local" y porque se ha evidenciado solidez de grupo político. Es probable, por el contrario, que en Cataluña se haya dado un resbalón porque, a pesar de ser unas elecciones locales, las propuestas del PSC (PSC-PSOE) pueden parecerle a muchos un poco farragosas, tanto para Cataluña como para España.

Lo que a mí me parece seguro, con todos los respetos para quien no piense lo mismo, es que el PSOE está ahora en las mejores condiciones de los últimos diez años para dar la batalla por el gobierno de España. Para ganar, habrá que ir incrementando el porcentaje de sus adeptos estables, no sólo el de sus seguidores ocasionales. Y para eso, lamento disentir de algunos, yo creo que los ""caladeros de votos" no están ni a la derecha ni a la izquierda, sino en todo el derredor del PSOE. Habrá que ir a convencer a muchos votantes de centro que pueden desear una estabilidad vital teñida de solidaridad, y habrá que ir a convencer a esos votantes de izquierda que aspiran, fundamentalmente, a implantar y consolidar mecanismos de solidaridad, de justicia social profunda y de respeto del entorno natural, pero en el marco de un proceso paulatino y posibilista.

José Rodríguez de la Borbolla es abogado y fue presidente de la Junta de Andalucía

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