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Joan Rodés, nombrado director del Clínico con el mandato de atajar la crisis del hospital

- La Generalitat entrará a formar parte del patronato del centro dentro de unas semanas - Las administraciones elaborarán un plan estratégico para garantizar la viabilidad

Joan Rodés, presidente de la comisión asesora del Ministerio de Sanidad y hombre de confianza de la ministra Ana Pastor, recibió ayer el encargo de dirigir el hospital Clínico de Barcelona y preparar un plan que garantice la viabilidad de uno de los hospitales más prestigiosos de España. Con el nombramiento de Rodés se pone fin a 20 años de gestión de Joan Grau, que en los últimos meses había sido cuestionado por la forma de afrontar la grave crisis que atraviesa el hospital. Tras años de tira y afloja con el ministerio, la Generalitat se comprometió ayer a entrar a formar parte del patronato que rige el hospital.

Una reunión de más de dos horas en el Ministerio de Sanidad permitió poner fin ayer a las especulaciones y los interrogantes que rodeaban el futuro del hospital Clínico. La ministra Ana Pastor, el consejero de Sanidad, Xavier Pomés, y la presidenta del patronato del hospital, Julia García-Valdecasas, decidieron apostar por Joan Rodés, de la máxima confianza tanto de Pastor como de su antecesora, Celia Villalobos, para afrontar la crisis que atraviesa el Clínico de Barcelona.

Rodés será el nuevo director general y sustituirá así al actual gerente del centro, Joan Grau, que tenía previsto dejar el cargo el próximo mes de diciembre. Según una nota oficial del patronato del Clínico, "Joan Grau ha ofrecido su dimisión para facilitar que el nuevo plan estratégico lo implante desde el principio el nuevo equipo".

En los últimos meses la gestión de Joan Grau, que dirige el hospital desde hace más de 20 años, había sido fuertemente cuestionada tanto por los trabajadores como por el propio patronato. Ante el acuciante déficit del hospital, calculado en más de 120 millones de euros en el año 2000, Grau había decidido unilateralmente cerrar de forma temporal cerca de 300 camas y reducir la actividad asistencial del centro en casi un 40%, lo que hacía temer por la continuidad del Clínico como hospital de referencia.

Joan Rodés, que será nombrado oficialmente la próxima semana durante la reunión del patronato, tendrá la difícil tarea de sacar al hospital de la actual crisis sin reducir la plantilla y manteniendo "el nivel de excelencia del centro", según rezaba ayer una nota del propio hospital.

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El nombramiento de Rodés (Barcelona, 1938) no ha causado sorpresa entre los profesionales del Clínico, ya que actualmente es responsable de investigaciones del hospital y ha hecho una larga y productiva carrera profesional en este centro. Rodés fue nombrado jefe del servicio de Hepatología del Clínico en 1982 y también ejerció como director médico, y es uno de los científicos que más han escrito en publicaciones de ámbito internacional.

El primer encargo que recibirá Rodés será la elaboración de un plan estratégico de cuatro años. En este tiempo el centro deberá redefinir su estrategia para mantener su papel de hospital de proximidad para los habitantes de Barcelona y potenciar la labor de investigación científica y formación de nuevos profesionales.

Los responsables políticos del Clínico también pretenden mantener el nivel asistencial del hospital, que, según la nota emitida ayer, es "un centro de referencia a nivel internacional de muchas actividades médico-asistenciales que requieren un alto conocimiento científico y tecnológico".

El Clínico ha estado gobernado hasta ahora por un patronato en el que tiene mayoría el Gobierno central y del que también forman parte la Diputación y la Universidad de Barcelona. Sin embargo, su principal cliente, el Servicio Catalán de la Salud (SCS), que depende de la Generalitat, no forma parte de este patronato.

El consejero de Sanidad, Xavier Pomés, explicó ayer a última hora que la entrada de la Generalitat en el patronato del hospital Clínico es inminente, pero que antes se deberá cambiar su "naturaleza jurídica". En este sentido, la reunión que este organismo celebrará la próxima semana será decisiva, ya que en ella se discutirán los entresijos de esta operación.

Los profesionales del centro esperan que la entrada de la Generalitat en el patronato permitirá mejorar el sistema de financiación y adaptar el hospital a las necesidades de un centro con más de 4.500 empleados y un millar de camas.

Desde mediados de los ochenta, los responsables del Clínico habían intentado que la Generalitat formara parte del patronato, ya que el Servicio Catalán de la Salud era el principal cliente de la institución y su primera fuente de ingresos. El déficit que arrastraba el hospital, sin embargo, había frenado esta maniobra. La normativa que regula el Clínico establece que las administraciones que forman parte de su patronato deben asumir automáticamente el déficit que éste genere. Así fue durante décadas, pero en los últimos años tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Diputación anunciaron su intención de dejar de pagar el déficit. De modo que se ha acumulado una deuda insostenible. Sucesivos ministros han intentado que la Generalitat comparta la gestión y el coste del hospital. Pero ésta se ha negado a hacerlo hasta que el centro estuviera libre de deudas. Y adémás ha pagado unas tarifas por el concierto que los gestores del Clínico aseguran que no cubren los costes reales de la asistencia. En este tira y afloja ha transcurrido más de una década.

Pomés quiso desmarcarse ayer de la polémica y calificó de "absurdo" que la Generalitat "no formara parte del patronato gestor del Clínico". El hecho de que hasta ahora el Gobierno catalán se mantuviera fuera del patronato "daba pie a especulaciones que no eran ciertas". "Parecía que no nos importara este hospital", señaló. "El Clínico nos importa porque está considerado uno de los centros punteros de Cataluña".

Respecto a la posibilidad de que el plan estratégico comporte una reducción de camas y de la actividad asistencial, Pomés aseguró que "lo que se haga garantizará el nivel de calidad y excelencia del centro" y que los posibles ajustes "serán temporales". Los profesionales del hospital dan por sentado que el cierre temporal de unas 300 camas anunciado hace unas semanas por el actual gerente no tiene marcha atrás.

Los sindicatos, sin embargo, ven notas positivas en los resultados de la reunión de ayer. Blas Navalón, de UGT, considera que se ha escuchado a los trabajadores, que pedían mejorar la gestión y un plan de viabilidad "desde hacía mucho tiempo". Según Navalón, "también es muy positivo que el Gobierno central y la Generalitat se hayan sentado a negociar". Por su parte, el secretario general del Sindicato de Enfermería de Cataluña, Lluís Cabado, considera que el nuevo gerente "no solucionará" la crisis económica del hospital ya que "el problema del Clínico es su gestión económica".

La diputada de ICV Dolors Comas también presentó ayer 14 preguntas al Gobierno catalán para conocer los planes de futuro y de viabilidad previstos para este hospital.

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