El poder musical de 'Prometeo', de Luigi Nono, llega al Monumental
Prometeo, última obra de Luigi Nono, considerada como una las óperas del siglo XX que ha abierto nuevos horizontes a la hora de crear y entender la música, se representará hoy y mañana en el teatro Monumental de Madrid, dentro del ciclo Música Hoy, que organiza Xavier Güell y patrocina EL PAÍS.
Una vez más, André Richard es responsable de la concepción espacial, de la coordinación artístico y de la dirección del coro, como siempre ha ocurrido desde que esta obra se estrenara en 1984 en Venecia y se reescribiera por el propio Nono en 1985, para su estreno en La Scala de Milán, cuando la dirigió musicalmente Claudio Abbado.
En esta ocasión, Prometeo cuenta con Arturo Tamayo como director musical, que también se había enfrentado a esta pieza en Italia, e Ignacio de Paz como segundo director, ya que estamos ante una pieza en la que sus distintas orquestas a veces están en dos tempos distintos. Estas orquestas son Proyecto Guerrero, la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana, los Percusionistas de Orquesta de RTVE, la Freiburger Solistenchor y Experimentalstudio de Friburgo. Junto a ellos, y como músicos solistas, están Roberto Fabriciani, flauta; Ciro Scarponi, clarinete contrabajo; Klaus Bürger, tuba y eufonium, y Stefano Scodanibbio, contrabajo. Además, intervienen dos sopranos, dos contraltos, un tenor y dos actores recitadores.
Concierto espacial
"Estuvimos viendo numerosos espacios en Madrid para representar Prometeo y finalmente estamos en el Monumental", señala Richard, quien utiliza en este coliseo no sólo el escenario, sino también parte del patio de butacas, del primer piso y del segundo. "Éste es un concierto espacial en el que se puede ver como un problema el que existe la partitura de Nono y cada vez hay que adaptarla al lugar donde se vaya a representar".
Además de adaptar el espacio, los cuatro grupos musicales que intervienen reproducen las formaciones de la orquesta de Monteverdi, que se ensamblan con los cinco grupos de solistas y las campanas de cristal que se utilizan en el concierto. Pero éstas no son las únicas fuentes de sonido ya que Prometeo cuenta con 22 fuentes musicales que surgen de distintos ámbitos dentro del coliseo. "Todo ocurre como si fuera una performance", dice Richard, quien deja claro que el sonido que emana a través de aparatos electrónicos y altavoces en ningún caso está grabado, ya que se transforma en el momento.
La práctica totalidad de las personas que intervienen en el montaje, algunas de las cuales, como Fabriciani o Scarponi, son primeras figuras mundiales, han trabajado tradicionalmente en esta ópera en muchas de sus representaciones. Richard, que lo ha hecho en todas, no recordaba ayer cúantas, aunque calcula que en torno al medio centenar. Todos ellos destacaron la ingente labor de experimentación que realizaron junto a Nono antes de que éste falleciera.
Babelia
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