Palacio considera una "amenaza común" el terrorismo contra Israel

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, visitó ayer Jerusalén para dar un impulso final a la Hoja de Ruta, por cuya aplicación inmediata abogó ante su homólogo israelí, Silvan Shalom. Durante la rueda de prensa que celebraron conjuntamente, Palacio manifestó comprensión por el problema de terrorismo que sufre Israel y ofreció su colaboración para hacer frente a lo que calificó como una "amenaza común".

Shalom agradeció la predisposición de ayuda mostrada por España y proyectó gran parte de la responsabilidad hacia el titular del nuevo Gobierno palestino, Abu Mazen.

"El terrorismo ha dejado de ser una cuestión doméstica para convertirse en parte de las relaciones internacionales", declaró Palacio. "No admite adjetivos ni conoce fronteras", prosiguió, mostrando empatía hacia su colega israelí, quien a su vez se solidarizó con las dos víctimas del último atentado de ETA ocurrido en Sangüesa. Por su parte, Shalom apeló al primer ministro palestino, Abu Mazen, a cumplir con los compromisos adquiridos a través del plan de paz elaborado por el Cuarteto (formado por los EE UU, la UE, Rusia y la ONU), que le obligan a desmantelar la infraestructura de las organizaciones extremistas y a desarmar a las milicias.

A cambio de que sea el nuevo jefe del Ejecutivo de la Autoridad Nacional Palestina el que desempeñe esta tarea, el Gobierno israelí parece dispuesto a modificar el modus operandi que ha venido utilizando a lo largo de estos dos años y medio. Si Abu Mazen es capaz de presentar resultados, el Ejército israelí congelará las incursiones en las áreas autónomas palestinas, que han sido condenadas por el uso "excesivo y desproporcionado de la fuerza militar" por la secretaría general de la ONU. También pondrá fin a su política de "asesinatos selectivos" de los cabecillas de la Intifada, criticadas desde los órganos de la UE.

Batasuna y Hezbolá

Un periodista de la radio pública, Kol Israel, puso en evidencia a la jefa de la diplomacia española cuando le preguntó cómo es posible que el Gobierno español pretenda incluir a Batasuna en la lista europea de organizaciones terroristas, mientras que se resiste a hacer lo mismo con el movimiento chiíta libanés Hezbolá. Palacio prefirió eludir la cuestión, alegando que la lista se encuentra en constante revisión y que puede haber nuevas inclusiones, así como otras organizaciones pueden ser dadas de baja. Aunque la ministra insistió en que hay "un solo terrorismo, del que todos somos víctimas potenciales", tampoco pudo explicar la contradicción de que ella se reuniera el martes pasado en Ramala con el presidente palestino, Yasir Arafat, a quien Shalom no se cansa de llamar "terrorista".

La ministra aseguró que "es importante que Siria se incorpore políticamente al proceso de paz palestino-israelí, para lo que tiene que adoptar un compromiso intelectual y comenzar a dar pasos progresivos en esa lucha común contra el terrorismo". Indirectamente, Palacio vino así a apoyar las tesis del Gobierno israelí, que exige a los sirios que cierren los campos de entrenamiento y las sedes que las organizaciones islamistas y marxistas radicales palestinas tienen en su territorio, antes de retomar cualquier tipo de contacto.

Sin embargo, la ministra dio a entender recientemente al presidente sirio, Bashar el Assad, que apoyaría la incorporación de Siria y Líbano al proceso abierto con la Hoja de Ruta. Ello podría posibilitar una nueva conferencia de paz como la celebrada en Madrid en 1991. Palacio declaró que "sería un honor y un privilegio para España poder ser la anfitriona", aunque lo calificó de prematuro.