Ilustración detallista
El baile propuesto por la norteamericana Kerensa DeMars se divide en cinco apariciones, vestida lujosamente a la usanza otomana y con unas coreografías reiterativas, bajo el mismo metro rítmico, o al menos resueltas con la misma estructura. Los giros "a la turca" (o del girovago), el juego de brazos y de cintura y algunos momentos de la llamada "danza del vientre" animan sus dibujos.
La danza del vientre está de moda, incluso hasta se ha visto la modalidad teatral de una danza del vientre masculina. Kerensa DeMars ofrece una danza que quiere ser ortodoxa, pero no pasa de la ilustración detallista. Falta alguna esencia, una hondura justificativa.
La música del sexteto se vuelve protagonista de la velada, con un repertorio que se inspira en el fondo sonoro del Mediterráneo oriental, empastado y mostrado a través de los instrumentos eléctricos y una percusión que puede calificarse de "alternativa". Vuelve el término fusión, que en este caso es relacionable sólo con el apoyo sonoro de la danza y no con el baile mismo. El público palmeó los ritmos y pidió bises con entusiasmo.
Babelia
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