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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En ese lugar

Isidro Blasco (Madrid, 1962) se perfila como uno de los más interesantes escultores españoles de la década de 2000. Su discurso escultórico se decanta por desarrollar las ricas cualidades del espacio, tanto el de exteriores urbanos como el de los lugares privados del habitar. Sus obras despliegan ante los ojos del espectador el espacio por medio de pequeños fragmentos que son reconstruidos siguiendo trayectorias visuales que permiten recorrer lugares concretos de la experiencia cotidiana del artista. Desde el punto de vista formal, sus obras mantienen una interesante tensión entre elementos portantes y elementos sustentados. Los elementos portantes son concebidos por Isidro Blasco como estructuras de madera, de apariencia neoconstructivista, cuya fuerza plástica proviene de la dislocación oblicua de los postes y traviesas con los que forma espectaculares entramados. Los elementos sustentados son superficies planas que acotan, definen y modelan cavidades espaciales que suelen cobrar una concreción visual por medio de imágenes fotográficas. La mayoría de las obras que hasta ahora habíamos visto en España eran de pequeño formato por lo que existía una cierta expectación en contemplar y experimentar físicamente la obra de gran envergadura que preparaba para la Capilla de los Condes de Fuensaldaña, que forma parte del Museo Patio Herreriano. El lugar es un recinto de muy difícil utilización, ya que se trata de una ruina, excesivamente destrozada, que ha sido rehabilitada como sala de exposiciones, cerrando para ello su perímetro y creándole una cubierta con una apariencia inequívocamente actual. Parece que Isidro Blasco no ha sabido vencer el reto de actuar sobre este espacio híbrido y ha caído en la trampa de responder a alguna de las presencias del lugar realizando una tibia mimesis de unos arcos apuntados existentes que, de forma grotesca, se reproducen en su instalación.

ISIDRO BLASCO

Museo Patio Herreriano

Jorge Guillén, 6. Valladolid

Hasta el 29 de junio

Por otra parte, en esta obra el artista ha sustituido las imágenes fijas en papel fotográfico, que provocaban en el espectador un dinamismo de la mirada, inducido por el sentido del recorrido, por las imágenes de un inevitable vídeo que, dada su focalidad, exige, por el contrario, un estatismo pasivo del espectador, lo que entra en contradicción con los presupuestos de la obra enunciados en una cartela desde la que se invita a los visitantes a penetrar y recorrer el conjunto.

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