"La flexibilidad en la edad de jubilación puede ser beneficiosa"
John Monks (Manchester, 1945) emplea gran parte de sus energías en defender los parámetros europeos frente a los estadounidenses. Implicado en el movimiento sindical desde 1969, llegó a la secretaría general del sindicato británico TUC hace 10 años, un cargo en el que se ha mantenido hasta ahora.
Pregunta. Usted asume la secretaría de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en un momento muy delicado, con un escenario de reformas laborales y de pensiones en Europa. ¿Qué le gustaría lograr en los próximos cuatro años?
Respuesta. Proteger el sistema social europeo frente a la moda de todo lo estadounidense. El de EE UU es un sistema donde los accionistas son los reyes y consiguen la mayor parte de los beneficios; los trabajadores están relegados; el sector público, mucho más reducido; hay desregulación... La labor de la CES consiste en unir a los sindicatos frente a eso. Es un reto para nosotros. El crecimiento europeo es bajo y el desempleo alto. Mientras, Estados Unidos es más rico, crece más rápido y su desempleo es bajo. No sólo debemos defender todo lo que tenemos, sino encontrar el modo de negociar cambios que garanticen nuestros valores, que no son los estadounidenses.
"Los sindicatos no representamos a gente que trabaja de forma muy flexible e insegura"
P. ¿Hay algo que Europa deba aprender de Estados Unidos o todo es rechazable?
R. No soy antiamericano. Estoy contra los conservadores estadounidenses. Admiro su dinamismo y su entusiasmo, pero no admiro su sistema social. Los pobres están alejados del sistema sanitario, de la educación de calidad, de los servicios sociales, de todas esas cosas que son bastante buenas en Europa.
P. ¿Qué tienen en común un trabajador de Suecia y otro de Macedonia, dos de los países que componen la CES? ¿Puede usted defenderlos al mismo tiempo?
R. Probablemente trabajan para la misma compañía. Y piensan de forma europea. En Suecia, donde hay una gran regulación, las empresas se comportan mucho mejor que en los países en vías de desarrollo. Suecia, por ejemplo, puede ayudar a los menos desarrollados a asegurar unos niveles sociales. En la CES aprendemos los unos de los otros. Con la industria que se desplaza hacia el Este probablemente los sindicatos tienen que irse con ella. No pueden estar encasillados en el Oeste, sino ir donde están los trabajadores.
P. Anna Diamantopoulou, comisaria europea de Empleo y Asuntos Sociales, sugirió que los sindicatos no representan a la parte más débil del mercado laboral. ¿Es así?
R. Es verdad. Representamos sobre todo a los trabajadores a tiempo completo, con empleo fijo, de grandes empresas o de servicios públicos. No representamos a trabajadores de la pequeña empresa, a gente que trabaja de forma muy flexible e insegura. Y eso no es bueno. Hay un gran desafío para las centrales: ser capaces de tratar con todos los trabajadores, no sólo aquellos que están relativamente en una buena posición.
P. ¿Existe algún modo alternativo de financiar las pensiones?
R. Hay dos sistemas de pensiones. El modelo de Francia, financiado por el Estado, y el anglo-holandés, donde las empresas pagan una cantidad complementaria a las pensiones públicas. Los dos sistemas atraviesan dificultades. En Gran Bretaña, el desplome de las bolsas ha hecho caer fuertemente los fondos de pensiones, lo que supone un gran problema. Las opciones están muy claras. Tenemos que ahorrar más, las empresas también, e introducir algunos regímenes más flexibles en relación con el tiempo de trabajo. No deberíamos tener que trabajar más, al menos no los operarios manuales, pues serán los que más sufran si se alarga la edad de jubilación. Pero creo que, sin ser obligatorio, algún tipo de flexibilidad en la jubilación puede ser beneficioso.
P. Pero los sindicatos, ¿están pensando en algún modelo específico alternativo?
R. No. No es un asunto que se trate en el ámbito europeo. Una de las cosas que me planteo al tomar posesión es: ¿Podemos hacerlo a nivel europeo? Cada sistema de protección social es muy particular.
P. ¿Cómo pueden las sociedades europeas integrar a los inmigrantes en el mercado laboral sin que éste rebaje sus estándares mínimos?
R. Las sociedades occidentales dependemos de los inmigrantes. Si no llegan a Italia desde ahora y hasta 2020 la población habrá decrecido 10 millones. La situación es similar en toda Europa. No podríamos arreglarnos sin los inmigrantes.
P. ¿Hay alguna zona europea que en su opinión no esté bien representada en la CES?
R. La CES es una organización muy democrática. Ucrania no está no porque no es democrática. Turquía está en la CES y no en la UE. Es muy difícil trazar fronteras en Europa. Pero lo que consideramos Europa está muy bien cubierto.
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