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La Liga aprueba la postura de los 'modestos' y se aboca a la escisión

Un grupo de 28 equipos acuerda parar el próximo campeonato si no hay acuerdo televisivo

Los clubes de Segunda A y ocho de Primera se aliaron ayer para promover la paralización del próximo campeonato de Liga en caso de que no se llegue a un acuerdo satisfactorio en el contrato televisivo. Esta decisión se tomó ayer en la asamblea de la Liga de Fútbol Profesional, a la que no asistieron los grandes clubes de Primera, agrupados en el denominado G-12. Este sector se siente perjudicado por la mayoría númerica que tiene la Segunda y sus eventuales aliados, capaces de sumar los dos tercios de los votos necesarios para tomar decisiones como las de ayer.

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La escisión del fútbol español es cada vez más verosímil. Los pequeños clubes han hecho valer su mayoría en la asamblea de la Liga para imponer su posición, que se ayer se hizo explícita con el voto favorable a la paralización del arranque del próximo campeonato de Liga si no se renueva el contrato de los derechos de televisión que acaba el próximo 30 de junio. Esta medida de fuerza fue aprobada por 28 de los 30 clubes -los 22 de Segunda y ocho de Primera: Celta, Mallorca, Osasuna, Racing, Valladolid, Recreativo, Rayo y Alavés- presentes en la asamblea. Precisamente eran 28 (dos tercios de los clubes de la LFP) los votos necesarios para aprobar la resolución con todas las bendiciones legales.. El Murcia, líder de Segunda División, votó en contra, mientras el Valladolid se abstuvo, con lo que estos dos clubes rompieron el compromiso previo de la sindicación de todos los votos del grupo.

El grupo de los 30 también logró sacar adelante, esta vez vez con la abstención del Valladolid y del Murcia, su negativa a que los clubes filiales que suban a Segunda División dispongan de voto en las asambleas de la Liga. Esta medida tiene un extraordinario valor con respecto a las votaciones de la Liga. Todas las grandes decisiones de los clubes, como las que ayer adoptó su asamblea, se deben aprobar con los votos favorables de los dos tercios, con lo que el grupo, ahora de los 28, se asegura su victoria. Un voto menos haría inservible cualquier acuerdo.

La decisión de los pequeños clubes encontró la oposición inmediata del denominado G-12, que reúne a las sociedades más poderosas de Primera División, encabezadas por el Real Madrid y el Barcelona. Junto a estos figuran Valencia, Real Sociedad, Deportivo, Athletic, Sevilla, Atlético, Betis, Espanyol, Málaga y Villarreal. Este sector de la Primera División decidió no acudir a la asamblea por discrepancias insalvables con el grupo de los 30. El G-12 considera que, en su composición actual, la asamblea compromete o vulnera sus intereses. Los grandes equipos que no se puede consagrar una situación dañina para sus intereses, forzada por una simple cuestión de mayorías que no se corresponde con el peso real del grupo de los 30 dentro del fútbol español.

El presidente de la Liga, Pedro Tomás, se refirió tras la asamblea a la delicada situación por la que atraviesa el fútbol. "Estamos en un momento de dificultad", manifestó. "No me preocupa una fractura en la Liga. La situación tiene un único asunto: la falta de un contrato de televisión que garantice una Liga solvente y competitiva. Mi voluntad es aglutinar esfuerzos para que haya diálogo entre las partes y se resuelva el problema".

La asamblea se desarrolló entre recriminaciones al Valladolid y Murcia, los dos clubes que se desmarcaron del grupo de los 30. Gonzalo Antón, presidente del Alavés, acusó a Juan Antonio Samper, hermano del presidente del Murcia, de defender interesados creados. Le mencionó la empresa Santa Mónica, de la que los Samper son accionistas mayoritarios, y cuya oferta por el futbol televisado rechazó el grupo de los 30 al no aceptar su cantidad y por falta de garantías.

El Murcia y el Valladolid, además, fueron los dos únicos clubes de los 30 de la asamblea que no firmaron ayer el documento por el que "se les obliga (a los clubes integrados en el grupo) a sindicar su voto en la Liga en todas aquellas materias relacionadas con el objeto y ejecución del contrato" de la venta de los derechos de televisión. Si alguno de los 28 clubes que firmaron el acuerdo incumple el mismo, será penalizado con cinco millones de euros.

El grupo, ahora de 28 equipos, coincidió en defender su postura. "Somos la Liga y somos la legalidad", recalcó Patxi Mutiloa, representante del Éibar,. "Ya está bien de jugar al escondite. No se trata de una rabieta por nuestra parte. Tenemos voluntad de diálogo". Mutiloa denunció fuertes presiones del G-12 para que no se convocase la asamblea de ayer y que, una vez, convocada, no se llegase a celebrar. "Además, si este grupo quiere una Liga paralela necesita cambiar la Ley del Deporte", añadió el representante del Éibar, al tiempo que recordó la competencia de la Liga Profesional para tramitar las fichas de los jugadores, que después han de ser visadas por la Federación española.

Fernando Ochoa, portavoz del G-12, aseguró que la asamblea de ayer "pone de manifiesto la diferencia de gestión de la mayor parte de Primera División, integrada en nuestro grupo, de la que propugna el resto de equipos". Y añadió : "Un colectivo como el nuestro, al que corresponde la mayoría de ingresos, de aficionados y también la imagen del fútbol no puede estar representado por el grupo de los restantes equipos. La asamblea ha corroborado nuestra opinión: no defiende nuestros intereses".

El portavoz del G-12, además, recalcó que su asociación nace con carácter atemporal y no sólo por defender sus derechos de televisión, porque después planteará los ingresos de las quinielas, los de patrocinio... Ochoa aseguró también que la Asociación no pretende una Liga paralela y que su modelo es similar al del G-14 europeo.

Directivos de la Liga en su asamblea de ayer (de izquierda a derecha): Tony Fidalgo, J. J. Hidalgo, Pedro Tomás, Carlos del Campo y Manuel Gurruchaga.
Directivos de la Liga en su asamblea de ayer (de izquierda a derecha): Tony Fidalgo, J. J. Hidalgo, Pedro Tomás, Carlos del Campo y Manuel Gurruchaga.EFE

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