El grupo SFDK lleva al Festimad su hip-hop de exhibición como único representante andaluz
Su primer disco, Straight from the kranny, nació de la esquina del instituto donde solían reunirse. Los sevillanos Saturnino Rey García Zatu, cantante, y Óscar Sánchez, pinchadiscos, más conocido por Acción Sánchez, crearon en 1993 SFDK, unas siglas que corresponden con alguna variación fonética a la expresión "siempre fuertes de conciencia".
"Ya no nos gusta el nombre, lo cambiaremos, aunque respetando las siglas", dice el vocalista de este grupo de hip-hop, el único andaluz que ha sido seleccionado para participar en Festimad, el festival de música al aire libre que se celebra hoy y mañana en Madrid. Empezaron grabando maquetas, una por año, que regalaban, "pues en esos años no se vendían", recuerda Zatu. Hasta que en 1995 lograron vender en Andalucía una titulada Tras mil vueltas. Un año después, distribuyeron 800 copias de Esto va en serio, preludio de una carrera que ya ha dado tres elepés, después de un disco que editaron en Sevilla, Llámalo como quieras.
La edición de Siempre fuertes por el sello Zona Bruta les situó en el panorama nacional de hip-hop, en 1999. Después vendría Desde los chiqueros y Odisea en el lodo, aparecido este año. "El hip-hop es la música del futuro", dice convencido Zatu. "Los raperos somos los que narramos la verdad de la calle. Ahora, lo punky y lo heavy no se lleva tanto. La facilidad de palabra la tiene el rap", asegura. Están muy satisfechos con su éxito: "En los conciertos de Viña Rock se ve. Ahora vamos de estrellitas, el disco ha tenido repercusión. La gente se está acostumbrando al rap nacional; los grupos raperos de fuera ya no gustan. Los adolescentes nacen con el rap nacional".
El rap, como el flamenco, tiene sus puristas, puntualiza Saturnino Rey, con dos líneas diferenciadas: "El rap de competición, para exhibirte líricamente y tener al público con el oído pegado para escuchar cosas graciosas; y el de mensaje, el que hacen los que piensan que este tipo de música tiene que educar, crear conciencia social o llevar un mensaje político", continúa. A su juicio, lo ideal es mezclar ambos conceptos. "Al principio nos inclinábamos por letras con mensaje. En el 94 salió Madrid zona bruta, de CPV - antes el Club de los Poetas Violentos-, que cambió la forma de pensar. A partir de ese momento, nosotros también tiramos por ahí", recuerda Zatu, que resume su filosofía así: "Me da igual de lo que hable. Suelo cantar de mis cosas, de lo que me molesta, que puede ser muy insignificante, como un grano. Lo puedes interpretar con seriedad o de forma graciosa".
En su opinión, aparte de la distribución de los discos, lo principal es "cantar bien". "No puedes tener una buena letra y no cantar bien, sobre todo en el rap, en el que hay que exhibirse", apunta. Zatu dice que en Andalucía hay cientos de bandas de hip-hop: "Es más fácil que formar un grupo de rock. Este año nos ha tocado a nosotros".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.