La "prioridad" de Fausto Fernández es reformar la Ley del Suelo

"IU quiere estar donde estén los grandes problemas de los ciudadanos. Si entramos en el Gobierno, no será para hacerlo de segundones". Ésa fue la advertencia que el cabeza de lista de IU en la Asamblea de Madrid, Fausto Fernández, lanzó ayer de cara a la probable constitución de un gobierno de coalición entre su partido y el PSOE. Aunque no adelantó cuáles serán sus peticiones para entrar en el Ejecutivo, Fernández recordó que su campaña se centró en la vivienda, la sanidad y la educación. El líder de IU dijo que su "prioridad número uno" en el Gobierno será reformar la Ley del Suelo.

Con los nervios más templados y a falta del recuento del voto emigrante, el líder de IU en la Asamblea hizo ayer su primera reflexión sobre los resultados del 25-M. La cara relajada de Fausto Fernández contrastaba con el hieratismo de su acompañante en la comparecencia, la candidata a la alcaldía de Madrid, Inés Sabanés, aún abatida después de haber perdido un concejal respecto a los comicios de 1999.

Fernández admitió desde el primer momento que existe un compromiso con el socialista Rafael Simancas previo a la campaña electoral: "Si hay una mayoría de izquierdas, habrá un Gobierno de izquierdas". Ese pacto tácito, refrendado por continuas conversaciones telefónicas entre ambos dirigentes, está supeditado a su aprobación por la dirección de IU, que se reunirá mañana, jueves.

Sin embargo, el líder de la formación de izquierdas no avanzó cuáles serán sus reivindicaciones para formar Gobierno. Sí citó, en cambio, las tres materias en las que IU ha puesto especial énfasis durante la campaña -vivienda, sanidad y educación-, aunque más a modo de desiderátum que como una aspiración real: "Soy consciente de que entre las tres se llevan el ochenta y tantos por ciento del presupuesto regional, una parte pequeña del Gobierno", ironizó.

Aunque siempre dentro de una medida ambigüedad, Fernández explicó que su única condición a priori para gobernar en coalición es que la sociedad perciba que hay "otro Gobierno y otra forma de gobernar". Y habló de su modelo de Ejecutivo: "El que tenemos rodado la izquierda en los ayuntamientos: la corresponsabilidad de dos partes en un proyecto político. Ésta se escenifica no sólo en el trabajo, sino en la imagen pública que se ofrece, y este modelo ha funcionado muy bien".

Por eso, se felicitó de poder constituirse en "un referente" para el resto de España como primera comunidad autónoma gobernada por una coalición PSOE-IU.

Fernández reiteró la primera medida que propondrá dentro del Gobierno autonómico: "Reformar la Ley del Suelo para permitir la construcción de viviendas sociales". Esta declaración de principios entronca directamente con la expresada por el líder socialista, Rafael Simancas, quien en repetidas ocasiones a lo largo de la campaña reiteró que su primera acción legislativa sería cambiar dicha norma.

En un nuevo guiño al socialista, el ex alcalde de Rivas-Vaciamadrid defendió la renegociación de las transferencias de Sanidad como la primera iniciativa que tendrá que tomar el inquilino de la Puerta del Sol frente al Gobierno central.

"Aclarado a Gallardón"

Si algo quedó claro en la primera comparecencia de Fernández tras las elecciones autonómicas es que la presumible cohabitación entre un presidente regional de izquierdas -Rafael Simancas- y un alcalde del PP en Madrid no va a ser fácil. La primera carga de profundidad se la lanzó Fernández a Alberto Ruiz-Gallardón, a quien acusó implícitamente de haber retardado la publicación del recuento de votos para "hacer un nuevo favor a Esperanza Aguirre", candidata del PP al Gobierno regional.

El que algunas fuentes de IU ven como futuro vicepresidente de la Comunidad denunció la "estrategia de la confusión" que se llevó a cabo para resaltar la imagen de Ruiz-Gallardón. Para ello, echó mano de una metáfora baloncestística: según él, el PP le hizo al nuevo alcalde un "aclarado", lo que consiste en apartar a un lado a todo el equipo para que un solo jugador, generalmente la estrella, ensaye una canasta.

"Se ha escatimado que la izquierda saliese a la calle con sus banderas, como sí pudieron hacer ellos. Si en las pasadas elecciones autonómicas en el País Vasco los datos se sabían a las nueve y media de la noche, ¿por qué en el Madrid de la Excelencia hubo que esperar hasta la una del mediodía del día siguiente?", inquirió en tono irónico.