La carta de la discordia

La carta que la Liga entregó el 24 de abril a Mariano Rajoy, vicepresidente del Gobierno, ha sido una de las principales causas del cisma del fútbol. En el escrito, firmado por el vicepresidente de la Liga, Juan José Hidalgo, presidente del Salamanca, los clubes se declaran en ruina al admitir una deuda de 1.625 millones de euros y piden medidas urgentes: una tregua fiscal, mayor porcentaje de las quinielas, que se acabe el fútbol televisado en abierto...

"Pedro Tomás no puede redactar una carta como ésa que, además, firma un vicepresidente, y que se entrega al Gobierno en nombre de todos, de la Liga, cuando muchos de nosotros nos hemos enterado de su contenido por la prensa", recalcó ayer uno de los dirigentes del G-12.

La réplica del otro grupo de equipos llegó por parte de Alfredo Rodríguez, director general del Celta de Vigo, que acompañó a Hidalgo en la entrega de la carta al vicepresidente del Gobierno. "El grupo de los 30 no estampó su firma en el escrito, que va con membrete de la Liga. Tampoco hemos planteado medidas de fuerza. Nunca haremos nada en contra del Gobierno", afirmó el dirigente del club gallego.

Uno de los puntos más polémicos del escrito critica que Madrid, Barça, Athletic y Osasuna, a diferencia del resto de clubes, no fueran obligados a convertirse en sociedades anónimas. Este punto ha disgustado a Florentino Pérez, presidente del Madrid, hasta el punto que, en señal de discrepancia, prefirió no asistir la semana pasada, como vicepresidente que es de la Liga, a una reunión con el secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, para tratar la crisis económica.