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Reportaje:

Una votante de sólo cuatro años

Una niña participó en el 25-M en Parla por un error en el censo y por la confusión de los miembros de la mesa electoral

Isabel tiene dos vidas. En una, la real, es una niña de cuatro años que estudia en el colegio Giner de los Ríos, en el municipio sureño de Parla. En otra, la que refleja el censo electoral, Isabel es una mujer de 33 años hecha y derecha que recibió los días previos a las elecciones propaganda de los partidos políticos y su tarjeta censal. Con su segunda personalidad y acompañada de sus padrinos, Ángel y María del Pilar, Isabel, Isa para sus familiares, acudió el pasado domingo a votar al colegio donde todos los días juega con plastilina y colorea dibujos. Sus padrinos le pusieron sus mejores galas y la llevaron hasta la mesa electoral para ver si conseguían que la niña votara. Y coló. Antes los familiares llamaron a las cámaras de Telemadrid para que grabaran in situ lo sucedido.

"Vota", dijeron a la pequeña, pensando que entregaba las papeletas de un familiar
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Isabel llegó a la mesa electoral con los sobres en la mano, uno blanco para el alcalde y otro salmón para el presidente del Gobierno regional.

"¡Que viene la niña a votar¡", anunció con solemnidad Ángel, su padrino, a los responsables de la mesa. Isa, que tiene carnet de identidad desde que tiene nueve meses, entregó su identificación sin problemas a los responsables de la sección 11, mesa A del colegio Giner de los Ríos. "Todavía no entendemos cómo no se dieron cuenta de que la foto que aparece en el carnet de identidad es la de una niña y no la de una mujer ", explicó ayer Ángel.

"¡Vota¡", proclamó sonriente la presidenta de la mesa electoral después de que otro compañero comprobara que el nombre que aparece en el carné de identidad de Isa coincidía en las listas electorales con el de una mujer de 33 años.

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Llegó el revuelo

La niña Isabel entregó entonces sus papeletas, que fueron depositadas en la urna por un miembro de la mesa electoral. Entonces llegó el revuelo. María del Pilar, la madrina de la niña, era la siguiente en la cola para votar. "Hola, señores, vengo a votar", anunció a la mesa. "Pero si la niña ya ha votado por usted...", le contestaron. Pero no había sido así. Isabel de cuatro años había votado como Isabel de 33 años. Los miembros de la mesa pensaron que la niña, en una especie de juego, había entregado el DNI y las papeletas correspondientes a la madrina.

Los responsables de la mesa, después de deliberar, aceptaron el voto de la niña y señalaron lo ocurrido en el parte de incidencias, según informaron ayer fuentes del Ayuntamiento de Parla. "Lo hicieron así al darse cuenta de que lo ocurrido se había debido al cúmulo de dos errores: uno, el del censo electoral, y otro, el de los propios responsables de la mesa", añadieron estas fuentes.

Si Isa contribuyó a que Tomás Gómez (PSOE) se haya convertido en el alcalde más votado de España es una incógnita. "La niña cogió las papeletas al tun tun. Estaban encima de una mesa en el colegio y cogió varias, las dobló, jugó con ellas... No estuvimos pendiente de ella y no sabemos a quién ha votado", señaló ayer su padrino. A pesar de que la pequeña estuvo recibiendo información electoral a su nombre antes del 25-M, ningún familiar acudió a la Oficina del Censo Electoral a deshacer el entuerto. "Todo fue idea mía, cuando vi que a la niña le escribían los candidatos políticos como a cualquier adulto pensé en llevarla a votar", reconoció Ángel.

La localidad de Parla también fue escenario el 25-M de otra anécdota, aunque de dimensiones mucho menores. El primer votante que se presentó en la mesa B, sección 21 del colegio Virgen del Carmen se convirtió por sorpresa en vocal de la mesa. El presidente de la misma había despedido minutos antes a todos los suplentes sin reparar en que uno de los vocales no se había presentado. La Ley Electoral marca que, en caso de ausencia de algún integrante de la mesa, será sustituido por los primeros votantes que acudan a ejercer su derecho.

Además de la niña Isabel, numerosos ciudadanos se encontraron con algún tipo de error en el censo electoral. Para resolverlos, muchos afectados se acercaron el día de las elecciones a la Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral, sita en el número 29 de la calle de Trafalgar (Chamberí).

Muchos de los casos se resolvieron en el instante, ya que se debían a la inexperiencia de los miembros de las mesas electorales. "Mucha gente viene porque los miembros de las mesas no han encontrado el nombre en las listas. Esto es muy normal: hay que tener más paciencia y buscar mejor", explicó el pasado domingo Manuel Herrera, responsable de la Oficina del Censo Electoral en Madrid. Otro caso común fueron los fallos ortográficos. Las eles, las emes y las eses bailaron en muchos casos en los nombres que figuran en el censo. Entre los ciudadanos, hubo alguno que tuvo que contener la carcajada ante las peculiares situaciones que escuchaba a su alrededor. Otros, más airados, repetían en voz baja: "¡Qué vergüenza, hay que ver qué lentos son... como no me dé tiempo a volver al colegio a votar la monto...¡".

Pero los funcionarios encargados de resolver los errores hacían callar a los airados protestantes con una frase categórica: "Vamos a ver, ¿no ha habido un periodo de tiempo en el que usted tenía que haber ido a mirar si aparece correctamente en las listas?". La mayoría, sonrojados, contestaron que no lo habían hecho.

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