La parábola del tipo corriente
Simancas se ha forjado una imagen de hombre humilde
Rafael Simancas, a quien los sondeos apuntaban anoche como posible nuevo presidente autonómico de Madrid, no es un líder mediático y para muchos carece de ese don que hasta hace poco servía para dar validez a los candidatos políticos: carisma. Pero se ha convertido en la revelación de la campaña electoral. Su biografía le ha servido para forjarse una imagen de hombre corriente, cercano a los votantes. Nació hace 36 años en Kehl (Alemania) adonde emigraron sus padres huyendo de la miseria. Al regresar, su familia regentó un ultramarinos en Leganés, que se fue a pique con la llegada de los grandes centros comerciales. Su esposa, María José Sánchez, es administrativa.
Dice que de su estancia en Alemania le han quedado algunos rasgos que han marcado su carácter: orden, organización sistemática y dedicación al trabajo. Estudió Ciencias Políticas en la Complutense y recibió el premio fin de carrera por un expediente lleno de matrículas. A su madre no le hizo mucho gracia la elección de estos estudios, pero se le pasó cuando se enteró de que la infanta Cristina compartía aula con su hijo.
Fue uno de los concejales más duros y con 34 años, este guerrista fue elegido secretario general para pacificar una Federación Socialista Madrileña muy dividida. En el mitin fin de fiesta del viernes pasado, la actriz María Barranco le otorgó el "Goya al candidato revelación". Los que le conocen no se sorprenden. El ex presidente Joaquín Leguina lo definió así: "Le gusta ser y aparecer como un hombre corriente, pero no es un hombre cualquiera".
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