CiU deberá pactar con el PP si quiere conservar la alcaldía de Tarragona
La federación mantiene posiciones ante las elecciones autonómicas
A falta de otra cosa mejor, la idea positiva que los dirigentes de CiU encontraron para valorar los resultados era que "CiU resiste". Pese al esfuerzo para distanciarse del PP tras seis años de pacto, al final será la alianza con el PP lo que permitirá a los nacionalistas de Jordi Pujol conservar Tarragona, la única capital de provincia en la que gobiernan. El líder nacionalista proclamó ante los seguidores y militantes que el incremento electoral de Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds (ICV) se debe a que se trata de formaciones que no gobiernan y no están condicionadas "por la realidad".
El poder municipal de CiU continúa el suave retroceso iniciado en los comicios locales de 1999 y las urnas confirmaron ayer algunos de los augurios más temidos por la coalición: el de que el mapa municipal catalán no registraría cambios sustanciales y todo quedaría más o menos igual, aunque para CiU, un poco peor. Como siempre en las elecciones municipales, el resultado conseguido en la ciudad de Barcelona daba el tono político al conjunto de poblaciones. Y Barcelona sigue en manos de una coalición de izquierda encabezada por los socialistas que mantiene su número de ediles mientras que CiU pierde uno.
En este caso el augurio era particularmente preocupante, porque CiU había planteado claramente las elecciones municipales como una palanca para unas elecciones autonómicas que sus líderes consideran "decisivas". La respuesta a esta preocupación la dio el candidato de CiU por Barcelona, Xavier Trias, al destacar que pese a que el PSC ha ganado de nuevo en Barcelona, el hecho de que haya perdido cinco concejales en la ciudad indica que es "vulnerable".Pujol dio una lectura positiva a la pérdida de dos puntos porcentuales en el cómputo global de Cataluña respecto a 1999: "los socialistas han perdido cuatro puntos".
Mensaje desatendido
Los candidatos y los líderes de CiU han lanzado reiteradamente durante la campaña electoral el mensaje de que necesitaban obtener un buen resultado en las elecciones municipales para mantener una fuerte presencia en el territorio de cara a las autonómicas de otoño, que son las más importantes para ellos. Este mensaje no parece haber sido atendido, puesto que CiU ha registrado un leve descenso. Pero sí se ha evitado el bajón que algunos sondeos habían pronosticado. La combinación de los resultados de todos los partidos implica un aumento de la competencia con CiU también en la Cataluña rural, donde la formación nacionalista continúa teniendo su feudo.
Una de las mejores noticias de la noche para la coalición nacionalista resultó ser, al final, la respuesta dada por la Junta Electoral Central a la consulta formulada por CiU sobre la constitución de los consejos comarcales. La junta opina que la constitución de los nuevos consejos comarcales tras estas municipales puede llevarse a cabo con la antigua ley y no con la aprobada hace un mes y medio por el Parlament, cuando ya habían sido convocados los comicios municipales. De confirmarse este criterio, eso significa que CiU podría evitar una pérdida de poder en los consejos comarcales mayor de la que tendrá.
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se aferró al hecho de que el partido nacionalista sigue siendo la fuerza con mayor número de ediles en Cataluña. El hecho de que los socialistas hayan perdido cinco concejales en Barcelona fue interpretado por Duran como un pésimo augurio para los socialistas y para su líder, Pasqual Maragall, en la carrera para la presidencia de la Generalitat. Barcelona era un feudo socialista y sigue siéndolo, pero CiU estima que este descenso significa una pérdida también significativa para ellos.
Lo que mejor pudo argumentar Duran fue, sin embargo, que el éxito de CiU había sido mantener los gobiernos de Tarragona, Vic y Sant Cugat del Vallès, es decir, la resistencia en algunas ciudades que los socialistas creían tener a su alcance. A diferencia de otros miembros del partido, Duran se abstuvo de evaluar el voto de castigo recibido por los pactos con el PP. Pero sí tuvo un reconocimiento indirecto de que han sido otros partidos -Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya-Verds- los que han obtenido el premio por haberse opuesto a unas políticas del gobierno del PP de las que CiU sólo se distanció en los últimos meses.
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