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Crítica:LA LIDIA | FERIA DE SAN ISIDRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La autoridad, por los suelos

Antonio Lorca

Lo de la autoridad en la plaza de Las Ventas pasa de castaño oscuro. Según la legislación vigente, su papel es garantizar el normal desarrollo de espectáculo. Pues que se sepa que la autoridad no cumple con su obligación. ¿Es normal que permanezcan en el ruedo toros absolutamente inválidos, supuestamente enfermos o manipulados? Parece evidente que no. ¿Por qué se mantienen, entonces? Ah, ése es un misterio indescifrable de la fiesta. ¿Estará la autoridad vendida a la empresa que así se ahorra unos buenos dineros? No, por Dios, eso es impensable. ¿Acaso es que es inepta y desconoce las más elementales normas del espectáculo? Tampoco. A quien preside en el palco se le supone, además de un profundo conocimiento de la norma, que es un aficionado de probado prestigio. ¿Le falta, entonces, arrojo para adoptar las decisiones que correspondan? Es posible.

Araúz / Luguillano, Puerto, Barrera

Toros de Araúz de Robles (uno, rechazado en el reconocimiento), desiguales de presentación, inválidos, mansos y descastados. David Luguillano: dos pinchazos y un descabello (silencio); estocada (ovación). Víctor Puerto: estocada baja (silencio); estocada trasera y un descabello (silencio). Antonio Barrera: estocada caída (palmas); dos pinchazos y estocada trasera perdiendo la muleta (silencio). Plaza de Las Ventas, 23 de mayo. 12ª corrida de feria. Lleno.

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¿Qué pasa, pues, en el palco, que permiten que toros que impiden el normal desarrollo del espectáculo permanezcan en el ruedo? Porque, claro, con esta actitud se beneficia a la empresa, se defrauda a los espectadores y se le inflige un daño irreparable a la fiesta. Mientras el toro enfermo se mantenga en Madrid se concede carta de naturaleza al actual sistema que ha impuesto la podredumbre como cimiento del espectáculo. ¿Existe algún presidente capaz de devolver los seis toros de una corrida? ¿Existe el político que respalde tal acto de valentía? Por lo general, el político huye de los problemas y prefiere la actual decadencia a un desorden público. En consecuencia, se puede concluir que la fiesta está como está por una cuestión de orden público. Garantizada está la seguridad de los espectadores, pero no su cartera ni su corazón ni sus sentimientos. Todo el mundo sale y entra ordenadamente, cada cual ocupa su localidad, se pueden pedir bocadillos y refrescos, y la plaza se despeja en un periquete. Pero, ¿y la fiesta? No hay más cera que la que arde, dicen los políticos, con lo que se quitan de encima toda responsabilidad. Por eso, el aficionado huye descorazonado de las plazas, y éstas se llenan de gente de paso a las que pronto se les olvida el mal rato. Ayer, otro pasaje de la insufrible decadencia torista. Cada torero se justificó como pudo ante el aburrimiento general.

Luguillano nada pudo hacer ante su primero y se estiró en algún natural ante el noble cuarto. Puerto se ciñó por chicuelinas y lo tuvo muy crudo en su lote: inservible el segundo y descastado hasta la extenuación el quinto; y Barrera, valiente, aguantó mil tarascadas de los suyos, que no es que fueran malos, sino que se defendían los pobrecitos como podían. Ningún toro volvió a los corrales. Ante la cabezonería del presidente por no devolver el tercero se formó un escándalo de padre y muy señor mío. Pero la autoridad estará contenta: el público salió de la plaza ordenadamente y no hubo incidentes que reseñar. Así, hasta mañana, otra vez felices, para presenciar otro fraude.

David Lugillano mira a su primer toro.
David Lugillano mira a su primer toro.MANUEL ESCALERA
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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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