Cangrejos de río
Marcados
"Lo peor que te puede ocurrir es que a tu lado firmen grandes figuras, porque las colas tapan tu caseta y la gente pasa de largo"
A mí la feria que me marcó fue la de 1968", dice alguien que desde hace dos lustros desempeña un cargo de responsabilidad en su organización y que prefiere mantenerse en el anonimato. "Me solté de la mano de mis padres y me perdí. El de la megafonía estuvo toda la tarde describiéndome: trajecito de chaqueta y pantalón corto, corbata de elástico, zapatitos blancos, calcetines de ganchillo hasta la rodilla y blusa de tergal con volantitos. Yo creo que mis padres se espantaron al oír aquella descripción. Pensaron: ¡cómo hemos podido vestir así al niño! Y no tuvieron valor para recogerme. Crecí en un orfanato, me hice guardia jurado por correspondencia y aquí estoy, de jefe de seguridad".
Para muchos, la feria siempre ha marcado el comienzo del verano. "Yo siempre la he asociado a los exámenes de junio", asegura un conocido empresario que prefiere mantenerse en el anonimato. "Asocio la feria con la lectura, fíjese qué cosa tan extraña. A veces todavía sueño que están colocando las casetas, y que tengo que ponerme a leer la bibliografía. Me despierto sudando".
Pero la feria no empieza el 30 de mayo. "Para nosotros comienza el día que se sortean las casetas", señala un prestigioso editor que prefiere mantenerse en el anonimato. "Todos queremos que nos toque sombra, pero siempre toca sol. Al menos a mí, que llevo una racha de cinco años achicharrándome. También te puede tocar al final en vez de al principio. Al final del paseo de Coches sólo llegan quienes han recibido un curso de supervivencia. O el loco de siempre, que te pregunta si tienes algo sobre cangrejos de río. Pero lo peor que te puede ocurrir es que a tu lado firmen grandes figuras, porque las colas tapan tu caseta y la gente pasa de largo".
Firmas
Sin duda, las firmas de autores siguen siendo la gran atracción. "Ver a una escritora que admiras e intercambiar con ella dos palabras de cortesía es como reunirte con alguien con quien te has estado escribiendo años y años", dice una lectora que prefiere mantenerse en el anonimato. "Más que conocerla, la reconoces".
Entre los escritores, hay quien detesta firmar ejemplares y quien lo hace con gusto. "Ésa es nuestra obligación más importante", opina una novelista cuyas ventas se cuentan por millares y que prefiere mantenerse en el anonimato. "Firmar libros es parte de su escritura".
Pero a la feria van también escritores que firman menos. Incluso que no firman nada. Constituyen su cara más ingrata y menos conocida. "A nadie le agrada comprobar que es un don nadie", reconoce un autor poco conocido por el gran público que prefiere mantenerse en el anonimato. "Bueno, prefiero mantenerme en el anonimato aquí, en esta entrevista; a mí el anonimato me da por culo. A lo que vamos: en cinco años no he firmado un solo ejemplar. Bueno, sí, uno; el año pasado mi profesor de educación física oyó mi nombre por la megafonía y se pasó por aquí. Luego resultó que me había confundido con otro alumno. Cuando uno está escribiendo se siente Cervantes, así que conviene venir y apreciar la verdadera dimensión de tu insignificancia. ¿Lo peor? Lo peor es que te confundan con el librero y te pregunten si tienes algo sobre cangrejos de río. No porque ser librero sea indigno, sino porque eso demuestra que ni siquiera tienes, como pensaste alguna vez, inequívoco aspecto de escritor".
Amor
Pero no todo son experiencias desagradables. Cierto escritor, que tuvo mucho éxito en los noventa y que hoy prefiere mantenerse en el anonimato, dejó de escribir gracias a la feria. Sus apologistas dicen que no encuentra sentido a la escritura, pero lo que no encuentra es tiempo. Se casó con una lectora sordomuda que había conocido en la feria y tuvieron trillizos tras someterse a un tratamiento de fertilidad. "Sí, Pili vino a que le firmara un libro y yo le puse: 'A Pili, que tiene unos ojos preciosos'. Entonces ella cogió mi novela Iris, la abrió, eligió la frase que el oculista le suelta al personaje principal y que explica su tormentosa relación con el hámster: 'Eres miope'. Pili tachó la terminación y me tendió el ejemplar. 'Eres mío', leí. Claro, a mí me dio un vuelco el corazón, porque yo nunca había ligado con una lectora. Cogí mi novela Norberto, en la que un biólogo encara el maltrato que sufren los chimpancés en los laboratorios, y escribí: 'A Pili, que sabe beneficiarse de las palabras'. Me parecía que era elegante seguir con el rollo poético. Entonces ella me arrebató el libro, eligió una frase (Norberto se comió un aguacate en Toledo, mas en Valencia los monos de Paqui escalaban la valla) y borró las sílabas precisas hasta convertirla en otra bien distinta: 'No aguanto más, vámonos de aquí lla'. Entonces yo, nervioso perdido, le escribí mi dirección en el margen de la página 69. Ella cogió otra vez la novela, eligió otra frase (Norberto falseó esa tarde la relación de vecinos y de vecinas), y la manipuló hasta convertirla en otra: 'No faltaré, veive'. Así empezamos a salir".
Mercado
Pero desgraciadamente la feria no es este locus amoenus. "Para mí la feria es puro mercado", dice un escritor desconocido para el gran público que prefiere mantenerse en el anonimato. "Hay escritores sin obra publicada que son vetados por los grandes grupos. Es cierto que no podrían firmar ejemplares porque no los han escrito, pero ¿no dicen los editados que lo de menos es el número de ejemplares que uno firme, que lo importante es el contacto con los lectores? Pues eso es lo que yo quiero, el contacto con los lectores. Decirles: oye, estoy a puntito de terminar un hito; ¿te gustaría que te firmara un folio y luego tú lo pegas cuando salga el libro?".
"El negocio de los libros tiene una vertiente comercial y una vertiente literaria", dice un conocido editor que prefiere mantenerse en el anonimato. "La Feria del Libro está pensada para estimular la primera, gracias a la cual existe la segunda. Muchos de nosotros publicamos los libros que le gusta leer a la gente que se queja del mercado, libros que nos hacen perder dinero, porque lo recuperamos en ferias como ésta. Por eso no hay que avergonzarse de su carácter comercial. Lo que hay que hacer es potenciarlo. Yo no hubiera prohibido las listas de libros más vendidos. Dicen que no están elaboradas con criterios literarios, pero ¿cuándo lo están? Dime, Orejudo, ¿cuándo una selección de libros, un canon, es elaborado con criterios literarios? ¿Acaso cuando lo elaboran los críticos, cuyas preferencias son ajenas a simpatías y antipatías personales? ¿O cuando la elaboráis los profesores de universidad, cuya visión de la literatura carece de prejuicios académicos y no tiene, como los ángeles, ni ideología ni genitales?
Héroes
En lo que todos coinciden es en que quienes realmente viven la feria son los que se pasan las dos semanas metidos en la caseta. "A mí me ha salvado el esoterismo", confiesa la empleada de una conocida y refinada librería catalana que prefiere mantenerse en el anonimato. "No creo que a nadie le atraiga la idea pasar 15 días al sol. Porque ésa es otra; a nosotros siempre nos toca al sol. Al cuarto día aquello es insoportable. A mí hace dos años me tocó al lado de una editorial de temas esotéricos y me inicié en las ciencias ocultas. Aprendí a no alterarme y a mantener mi temperatura corporal. Así que ahora me siento y veo pasar a la gente. Me limito a observar. Cuando alguien me pregunta si tengo algo sobre cangrejos de río digo que no. Y sigo contemplando. No te puedes imaginar lo feos que somos".
Feas y guapas, miles de personas acudirán a la feria de este año. Unas comprarán libros y otras sólo los hojearán. Pero todas contribuirán a que durante un par de semanas los libros protagonicen las páginas de cultura en los diarios nacionales. Y eso no está nada mal. "Yo me doy una vueltecita todos los años", dice alguien que prefiere mantenerse en el anonimato. "Voy preguntando aquí y allá si tienen algo sobre cangrejos de río. Y no es que me interese especialmente el tema, pero es que estoy más solo que la una, y ése es el único modo de tener algunos días un poquito de conversación".
Cifras y letras
LA 62ª EDICIÓN de la Feria del Libro de Madrid se abre este año bajo el tema de "Las tres culturas", impregnada del espíritu de convivencia entre las culturas judía, islámica y cristiana.
Lugar. Paseo de Coches del Parque del Retiro
Fecha. Del 30 de mayo al 15 de junio.
Horario. De lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.30. Sábados y domingos, de 11.00 a 15.00 y de 17.00 a 22.00."No creo que a nadie le atraiga la idea de pasar 15 días al sol. Hace dos años me toco al lado una editorial de temas esotéricos y me inicié en las ciencias ocultas"
Número de casetas. 378.
Firmas expositoras. 381.
Librerías. 126.
Editoriales. 199.
Distribuidoras. 26.
Organismos oficiales. 31.
Actividades culturales. 120, que incluyen, además de las presentaciones de libros, mesas redondas y tertulias, tres exposiciones y un concierto de música clásica y andalusí.
Pabellones. Se destacan el de Carmen Martín Gaite, con presentaciones de libros y debates; el pabellón de Las Tres Culturas, destinado a tertulias, algunas en torno a la multiculturalidad. El pabellón infantil lleva este año el nombre de Bajo el Cielo, y sigue en su línea de inculcar la lectura a los más pequeños y actividades sobre la tolerancia entre culturas, por ejemplo, a través de las narraciones de cuentacuentos con historias sobre el tema.
Exposiciones. El Círculo de Bellas Artes ha organizado en su sala Antonio Palacios la muestra Los nombres de la Paz en Israel. El Museo Arqueológico Nacional presenta Mudejarismo: las tres culturas en la creación de la identidad española.
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