Civilización y barbarie electoral
Anoche, cuando la mayoría de los telediarios dieron paso a los discursos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, el estilo de la campaña parecía haber dado un giro. Aznar, ante los comensales de una multitudinaria cena en Bilbao, recuperó cierto tono de estadista. Rodríguez Zapatero, en un mitin en Badajoz, avanzaba en su papel de agitador. Aznar, en uno de sus discursos más articulados, le pidió desde Bilbao que diga qué va a hacer con los votos que obtenga el PSE en las tres provincias vascas y Navarra. Zapatero acusó a Aznar de haber elegido, entre George Bush y los españoles, al presidente norteamericano.
Parecía que después de la catarsis de una campaña bronca, una vez desahogado, a la vista de los sondeos internos, Aznar había rebajado la marcha. Pero nunca se sabe. Todavía faltan muchas horas para cerrar la campaña.
Rodrigo Rato, vicepresidente segundo, explicó ayer en la sala de maquillaje de Tele 5 que su presencia junto a Aznar en Vistalegre, mañana viernes, en el acto de clausura, sigue la rutina:
-No, no tiene que ver con la sucesión, sonrió hablando fuera de cámara.
Rato intentó desplumar a Rodríguez Zapatero en la entrevista con Montse Domínguez, al hablar de las acusaciones del líder socialista a Aznar a raíz de los atentados terroristas en Casablanca:
-En política internacional hay que ser un poco leal. A Zapatero se le ha visto el plumero y es feo, feo, feo.
Rato salió corriendo. Se iba a Elche para reunirse con comerciantes. Sigue los consejos de Dick Morris, el que fuera asesor de campaña de Bill Clinton.
-Morris cuenta que Clinton hizo varios meses de campaña bajo radar, es decir, fuera del alcance de los medios de comunicación. Es lo que yo hago, dijo, y salió a toda máquina.
Ayer se celebró el único acto razonable de la campaña. El ministro José María Michavila, Diego Garrido y otros dirigentes políticos convocaron rueda de prensa en el Congreso, con la marca del Ministerio de Justicia al frente. Los partidos acordaron un plan para acabar con la violencia doméstica y proteger a las víctimas. Un acto de civilización en medio de la barbarie electoral.
En la segunda cadena, en el espacio de campaña, la imagen de Esperanza Aguirre en un mercado en Coslada difundía su dominio de lenguas extranjeras. La candidata explicaba a los micrófonos de la BBC, en inglés, los temas de la campaña. "Los ciudadanos preguntan por la seguridad, por el empleo y también por los transportes, que es un tema muy importante", dijo.
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