Criptografía española para votar por Internet y teléfono móvil
El proveedor electoral norteamericano Election Systems & Software ha incorporado tecnología criptográfica española a sus sistemas de voto por Internet y teléfono móvil.
Scytl es una empresa de Barcelona que desarrolla software de seguridad basado en protocolos criptográficos avanzados. "Nuestro objetivo es generar confianza en las aplicaciones críticas de difícil implantación en entornos telemáticos porque sus necesidades específicas, como por ejemplo el anonimato en una aplicación de voto electrónico, no se encuentran resueltas por las medidas de seguridad genéricas. Cuando una aplicación incorpora el logo Secured by Scytl, quiere decir que lleva incorporado un módulo criptográfico, Pnyx, que garantiza estos requisitos de confianza", explica el director general de Scytl, Andreu Riera.
Más seguro que votar por correo
Scytl también cuenta con otras aplicaciones. Por ejemplo E-lectoral, un sistema de votación y de consultas a través de Internet, que lleva incorporado este módulo criptográfico, Pnyx, y que, asegura Riera, "es más seguro que el actual sistema de votación por correo".
E-lectoral permite a organizaciones como universidades, colegios profesionales, ayuntamientos, grandes empresas o sindicatos disponer de una herramienta tecnológica fiable para realizar consultas, sondeos o elecciones por Internet.
Andreu Riera es doctor ingeniero en Informática y lleva desde 1994 investigando sobre protocolos criptográficos para aportar seguridad al voto electrónico. "Escogí el tema por su complejidad y difícil solución. También porque pocos investigadores se dedicaban a este campo, donde la criptografía es esencial".
Riera considera que el voto electrónico aporta muchas ventajas. "Estos sistemas son una herramienta que abre las puertas a una transformación cultural, en línea con los actuales movimientos sociales. Hablamos de una tecnología que habilita procesos efectivos de participación ciudadana y no sólo limitados a las elecciones. Hablamos del inicio de una mayor democratización de la sociedad, desde las asociaciones y organizaciones a la vida pública".
La gran barrera en el uso del voto electrónico es legislativa: falta definir una estrategia para su implantación gradual, que debería empezar por definir unos estándares "muy estrictos en la seguridad".
