Leer 'El Principito'
Ya supongo, Ana Botella, que su servil educación de colegio religioso no le ha servido para nada más que para ser humilde. Pero la humildad de nada sirve cuando te humillan y obvian tu opinión. Usted defiende la actitud sumisa de una Cenicienta oprimida no sólo por su madrastra, sino también por la actitud sexista de un príncipe. No hemos avanzado demasiado si aún existe una sola persona que cree en la sumisión y en la esperanza de que algo, superior e inexistente, solucione nuestros problemas.
Claro que más ilusorio es pensar que los problemas de los oprimidos los resolverán ustedes, la personificación de la madrastra. Permítame que le recomiende leer El Principito, ese gran cuento para niños y adultos. Prefiero a este niño que no acepta una sociedad que, pretendiendo complicar lo más sencillo, resulta aparente, eufemística e irracional. Gracias a este pequeño príncipe he comprendido la capacidad que poseo para desaprobarles a usted y a lo que representa.
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