La costalera Mayol
La candidata a la alcaldía de Barcelona por ICV participa en Nou Barris en la romería de la Virgen de las Angustias
La cita era a las diez en la plaza Roja, un lugar de nombre muy propio para una convocatoria de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Al fin y al cabo, algún día sus militantes fueron comunistas, incluso varios confiesan serlo aún. Claro que no se trataba de la plaza Roja de Moscú, sino de la de Ciutat Meridiana, en Nou Barris. El motivo, sin embargo, parecía no coincidir tanto con la idiosincrasia de los convocantes: la candidata ecosocialista a la alcaldía de Barcelona, Imma Mayol, nos habían dicho, tenía previsto participar, como todos los años desde que está en el Gobierno municipal, en la romería de la Virgen de las Angustias. El comunismo y las vírgenes nunca han hecho muchas migas que digamos. Aunque siempre hay excepciones. El hecho es que ayer hubo una: efectivamente, la edil se transmutó en romera e incluso actuó como costalera, llevando las andas de la imagen, durante un tramo de unos 200 metros del recorrido -¡cuesta arriba!- hasta la explanada de la fuente Muguera, en la falda de Collserola.
En el Carmel, un grupo de vecinos intentó boicotear un mitin de la 'alcaldable'
La presencia de Mayol en la procesión rociera, no obstante, nada tuvo que ver con la devoción mariana y sí mucho con su gusto por disfrutar de las fiestas populares y de la compañía de los barceloneses, sea cual sea su origen. Que el suyo no fue un gesto para la galería -o, en este caso, para las urnas- fue evidente desde su llegada a la plaza Roja. Todo el mundo la conocía. Las mujeres, vestidas de flamenca, la besaban y la llamaban por su nombre. Los hombres, con el típico traje campero, se limitaban a saludarla. "Imma, ¡qué guapa!, has cambiado de lu ", le dijo el más atrevido. El ideólogo de la romería que se celebra desde hace 12 años, Antonio Rodríguez, granadino y peluquero del barrio, garantizaba a los periodistas: "Imma viene cada año, y antes que ella, subía la Lali
Allí, en la misma plaza Roja, Mayol coincidió con otro asiduo de romerías y procesiones, el histórico dirigente socialista Josep Maria Sala, con un improcedente traje oscuro. Ambos charlaron sobre la campaña, y Sala, desde su veteranía, aconsejó a la candidata, eso sí sin acritud, que se tome con prudencia los buenos resultados que dan a su formación las encuestas. Los sondeos, ya se saben, pueden equivocarse, y luego uno se da de testuz contra la cruda realidad de los votos.
A la hora de iniciarse la comitiva, los romeros -Mayol y Sala, entre ellos- se arrancaron con canciones rocieras. "Deja que te mire, no vuelvas la cara...", entonaba el coro del Santo Ángel, mientras los dos políticos iban siguiendo el ritmo con las palmas; Mayol, gran aficionada al flamenco, con más garbo que Sala, la verdad. Cuando la subida al monte empezó, éste se esfumó sin que quedara ni rastro de él, mientras que la teniente de alcalde se fundió con el séquito, y hasta llevó el paso religioso, algo que las mujeres sólo hacen de vuelta de la romería, porque el camino es de bajada. Únicamente se permitió abstenerse, aunque con mucha discreción, todas las veces que los romeros dieron vivas a la virgen. Normal.
Después de una hora y media, la virgen de las Angustias y sus devotos llegaron a la explanada, donde poco después iba a celebrarse una misa rociera. Tampoco a la eucaristía se quedó Mayol. Pero eso sí que fue por un imponderable: la esperaban en el Carmel, donde tenía que dar un mitin. Más le hubiera valido asistir a misa, ya que -como pasó hace unos días con el alcalde, Joan Clos- un grupo de afectados por la expropiación del parque de los Tres Turons intentó boicotear el acto. Sin embargo, así como con Clos lo consiguieron, a Mayol la dejaron acabar tras comprometerse la edil a dialogar con ellos tras el 25-M, aunque les advirtió de que Collserola debe integrarse en la ciudad.
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