"La opción más fácil para mí habría sido no optar a la alcaldía de Barcelona"
Poco tiene que ver el actual reto de Alberto Fernández Díaz, candidato a la alcaldía de Barcelona por el Partido Popular, con sus desafíos anteriores. Este barcelonés de 42 años afronta con serenidad unas elecciones en las que, por primera vez en más de 10 años, el PP ya no se encuentra en una situación de claro crecimiento, sino ante la incógnita de qué consecuencias tendrán la guerra y otras actuaciones de un Gobierno del PP con mayoría absoluta sobre las elecciones municipales. Fernández Díaz sostiene desde el inicio de la campaña que los ciudadanos de Barcelona no votarán en función de la guerra de Irak y que su grupo podrá mantener, al menos, los seis concejales que tiene en el Ayuntamiento.
"Todavía no ha llegado el momento de hablar de derecho de voto para los inmigrantes"
"En estas elecciones me contento con crecer para gobernar y mejorar la ciudad"
Pregunta. Pese al retroceso del PP que vaticinan las encuestas, los dirigentes de su partido auguran un crecimiento importante en estas elecciones municipales en Barcelona. ¿En qué se basan para decirlo?
Respuesta. El resultado del PP será una sorpresa para muchos, sobre todo para quienes creen que estas elecciones son unas primarias para los comicios catalanes o generales, cuando lo que se decidirá el domingo es el futuro de Barcelona. Algunos partidos quieren convertir estas elecciones en primarias porque consideran que están en juego otras cosas además de los gobiernos municipales o bien porque no tienen un proyecto para Barcelona.
P. ¿Considera que la guerra de Irak ya no es algo que pueda condicionar a los ciudadanos a la hora de votar?
R. Lo que quiere saber la gente es el programa de los partidos y sus propuestas para Barcelona. Yo también pienso, acerca de Irak, que si el PSOE se hubiera encontrado con responsabilidades de gobierno, los socialistas habrían actuado de la misma forma que nosotros.
P. En cualquier, caso usted asume el reto de ser candidato por un partido que se encuentra lejos de sus cotas más altas de popularidad. ¿Cómo lo afronta?
R. Con la tranquilidad de tener un proyecto por Barcelona que vengo defendiendo desde hace mucho tiempo. Es cierto que hemos pasado momentos difíciles, pero teníamos que superarlos. Quizá, en algunos momentos, la opción más fácil para mí habría sido no optar a la alcaldía de Barcelona.
P. ¿Hasta qué punto su elección como número uno de Barcelona es una apuesta personal suya y no una estrategia de la cúpula del partido?
R. Es una apuesta de partido y personal a la vez.
P. El desembarco de Josep Piqué en la política catalana y la voluntad del partido de que sea él y no usted quien encabece la candidatura popular en las próximas autonómicas, ¿no ha influido en su opción de regresar a la política municipal?
R. Es una apuesta de partido en la que yo me siento muy cómodo debido al trabajo que desarrollé anteriormente, tanto en el Ayuntamiento como en el cargo de concejal de distrito.
P. Desde la precampaña el PP ha promocionado su eslogan Menos impuestos, más seguridad. ¿Cómo se logra esta combinación?
R. Hemos querido hacer una campaña diáfana, expresar con determinación y claridad nuestras prioridades para Barcelona, y una de ellas es la seguridad, y pretendemos conseguirla incrementando la plantilla de la Guardia Urbana en 1.000 agentes y ayudándonos con las reformas penales que ha impulsado el Gobierno. Tenemos que garantizar que, entre otras cosas, un inmigrante ilegal que ha delinquido pueda ser expulsado. Debemos abordar también una reforma fiscal para dejar de ser la ciudad más cara de España.
P. ¿Se puede tener una ciudad segura con las cárceles llenas a rebosar?
R. Nosotros defendemos que Barcelona sea una ciudad libre de cárceles y denunciamos los incumplimientos, tanto de los socialistas como del Gobierno de la Generalitat, respecto al traslado de la cárcel Modelo fuera de Barcelona.
P. Su presencia en el Parlament y sobre todo la ausencia del otros líderes del PP catalán, como Aleix Vidal Quadras, han propiciado el pacto entre CiU y el PP. ¿Pretende trasladar ahora este entendimiento al Ayuntamiento de Barcelona?
R. Yo diría que será al revés. Estas elecciones municipales marcarán una nueva etapa en las relaciones políticas y harán que ya no exista el abismo electoral que había entre nuestras formaciones en Cataluña. Sin duda, habrá menos diferencias entre nosotros.
P. ¿Reunir los 100.000 votos que logró su partido en 1999 y los seis concejales que obtuvo sería un buen resultado para usted en Barcelona?
R. Me contento con crecer, y sobre todo con crecer para gobernar desde unas coordenadas que permitan mejorar la ciudad. Sin embargo, no especularé en materia de pactos ni con los resultados. Lo que yo quiero en esta campaña es hacer ciudad, no hacer política.
P. ¿Contempla un escenario de derrota que les deje de nuevo fuera del gobierno municipal de Barcelona?
R. No. Nosotros estamos haciendo la misma campaña desde el pasado mes de septiembre y no hemos cambiado ni un ápice desde que imprimimos los primeros folletos. No hemos cambiado nuestra estrategia de campaña ni por los cambios que quieren introducir otros políticos ni por la existencia de un conflicto bélico.
P. En diciembre su partido firmó solemnemente un pacto con el resto de las fuerzas políticas representadas en el Ayuntamiento de Barcelona para excluir las polémicas sobre inmigración de la contienda electoral. ¿Por qué lo han roto?
R. Todos los partidos tenemos propuestas en materia de inmigración. El problema es que el PSC no puede decir en campaña lo que ha defendido fuera de ella, que son los famosos papeles para todos. El partido socialista pretende silenciar esto apelando a un pacto que, efectivamente, firmamos. Lo que nosotros queremos decir en esta campaña sobre inmigración es que hay que luchar contra el hacinamiento de 20 personas en un mismo piso, contra las mafias y contra la inmigración ilegal.
P. En esta campaña ha hablado en muchas ocasiones de situaciones de inseguridad alrededor de la inmigración ilegal, la prostitución de calle y la mendicidad. ¿No teme que esto pueda alentar ataques violentos como el ocurrido hace pocos días en el barrio de Ca n'Anglada, en Terrassa?
R. Lo único que puedo decir sobre Ca n'Anglada es que las personas que han cometido ataques racistas deben ser castigadas de forma ejemplar. Y mis propuestas para erradicar de la vía pública actividades como la prostitución no se basan sólo en medidas policiales, sino que también hay que trabajar desde los servicios sociales.
P. Todos los partidos han lanzado propuestas para conceder el derecho de voto en las elecciones municipales a los inmigrantes. ¿Qué opina?
R. Hoy por hoy, el marco legal de nuestro país sólo prevé esta posibilidad para los ciudadanos de países que tienen convenios con España en este sentido.
P. ¿No se podría cambiar la legislación?
R. Yo no descarto que los inmigrantes puedan tomar parte en diferentes ámbitos de participación ciudadana desde las asociaciones vecinales u otros colectivos, pero todavía no ha llegado el momento de hablar de derecho de voto.
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