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Prorrogado 72 horas el arresto del presunto asesino de la joven de Terrassa

El juez de instrucción del Juzgado número 3 de Terrassa, Juan Ramon Reig, decidió ayer prorrogar 72 horas más la detención de Francisco M. A., de 46 años, acusado de apuñalar por la espalda el pasado 2 de octubre a la joven Nadia García, de 16 años. De resultas de la agresión, que se produjo al mediodía, cuando la adolescente se dirigía a comer a casa de una de sus abuelas, la joven falleció unas nueve horas después en el hospital, ya que el estilete que le clavó su asesino le afectó el hígado y un riñón y le causó una fatal hemorragia.

El presunto asesino de Nadia, Francisco M. A., es más bien bajo, con entradas, con bigote, pelo canoso y corpulento. Características que no coinciden con la descripción que la joven dio de su asesino antes de morir. Nadia sí conocía a su presunto asesino, acudía a menudo al bar que regenta, y sin embargo, a su abuela, le explicó que no lo conocía. Cuando hizo esta afirmación, la joven creía que tan sólo había recibido un puñetazo en la espalda. No era consciente de que tenía una puñalada que le había perforado el riñón y el hígado y no simplemente un fuerte golpe.

El detenido se ha declarado inocente ante el juez y eso mismo defiende su abogado, Francisco Martínez Iglesias. Según este letrado, cuando se produjo la agresión, su cliente "tenía una fractura en un tobillo y llevaba muletas, y así no se puede llevar a cabo una acción tan agresiva". El juez ha prorrogado la detención a la espera de valorar los certificados médicos y estudiar las pruebas. Según José García, primo de Nadia y abogado de la familia de ésta, el juez ahora "tiene que valorar las pruebas".

Martínez Iglesias sostiene que sólo hay dos hechos que afectan a su cliente: uno es una llamada telefónica que se produjo desde el domicilio del presunto asesino a casa de la abuela de Nadia. La llamada duró cuatro segundos y se hizo hacia las 17.00 horas el 30 de septiembre, dos días antes del asesinato. La otra es la descripción de una testigo de la agresión. Esta mujer vio cómo alguien, aquel mediodía del 2 de octubre, se escondía una navaja dentro de una de sus mangas.

Verle la cara

La familia de Nadia fue ayer al juzgado porque querían ver la cara del presunto asesino. "Quiero verle la cara, quiero verle la cara", decía la madre de la joven, vestida con falda, jersey y zapatos negros. Esperaba, ansiosa, a que entrara el presunto asesino de su hija.

Francisco M. A. entró en las dependencias judiciales sin esposar, tranquilo. La madre de la joven asesinada se levantó del banco, lo miró y no lo reconoció. Sí lo reconoció, en cambio, el tío de Nadia, Antonio García. Iba muy a menudo a su bar, el Frankfurt 236, situado a escasos metros del domicilio de los padres de Nadia. Antonio se preguntaba que, si es él el asesino, "cómo había podido tener la sangre fría de servirme bocadillos después de matar a la niña". Francisco tiene tres hijos, uno de 25 años, otro de 16, la misma edad que tenía Nadia, y una chica de 13. La madre de Nadia no lo entendía, "tiene un hijo de la misma edad que mi niña. ¿Cómo ha podido hacerlo?", se preguntaba.

Francisco entró en la sala de vistas y los padres de Nadia esperaron, con angustia, las tres horas que el detenido estuvo declarando ante el juez en presencia de los abogados y el fiscal. Faltaba tan sólo escribir el acta, cosa de 10 minutos, pero ya no aguantaron más. Todo empezó cuando un familiar vio cómo entraba a las dependencias un policía con la porra en la mano. Le increpó y le preguntó que cómo iba al juzgado con la defensa en la mano. "Nosotros no somos delincuentes", le espetó.

Los familiares reclamaban el derecho de verle la cara al que, presuntamente, había asesinado a la joven Nadia. El padre insistía: "Tan sólo quiero saber si es culpable o no". Al final, el juez decidió expulsar a la familia del edificio. Y aquí la familia se vino abajo. Empezaron los gritos: "Llevamos siete meses, amargados, sin vida, estamos hartos de callar", se exclamaba una prima de Nadia. Después llegaron los gritos de "asesino, asesino" y comentarios como "lo que no hemos hecho con la cabeza lo vamos a hacer con el corazón".

Familiares de Nadia García, ante el juzgado.
Familiares de Nadia García, ante el juzgado.CARLES RIBAS

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