Milosevic cede y reconoce a Kostunica como nuevo presidente de Yugoslavia

Toda Serbia se restregaba ayer los ojos. A duras penas daba crédito el pueblo serbio de lo que

veía y escuchaba en la "nueva Radiotelevisión Serbia", la hasta 24 horas antes maquinaria de

agitación y propaganda del régimen del presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. La velocidad

de los acontecimientos resulta casi imposible de seguir. Ayer, al día siguiente de la rebelión

popular en las calles de Belgrado, con incendios y asaltos a algunos de los edificios más

emblemáticos del régimen, Milosevic reapareció en la nueva RTS durante su entrevista con el

ministro ruso de Exteriores, Ivanov. Parecía un Milosevic relajado e incluso se entrevió una

sonrisa. El déspota de Belgrado no había huido, sino que seguía en su residencia presidencial

como si nada hubiese ocurrido. No quedaron ahí las sorpresas. En una alocución televisada,

Milosevic felicitó a su vencedor, Vojislav Kostunica, y reconoció haber perdido las elecciones,

agradeció a los que le votaron y a los que no lo hicieron y anunció una dura oposición por parte

de su Partido Socialista de Serbia (SPS). Por si fuera poco, se mostró satisfecho Milosevic de

que el SPS pase a la oposición, porque, privados del poder, podrán librarse, así dijo, de

aquellos elementos oportunistas que militaban sólo por su provecho personal a la sombra del

Gobierno. El Parlamento serbio tiene previsto reunirse hoy para proclamar a Kostunica presidente

de Yugoslavia.