El GIL aprueba por tercera vez el PGOU de Marbella y el pleno acuerda remitirlo a la Junta

El Grupo Independiente Liberal (GIL) aprobó ayer por tercera vez en cinco años el texto refundido de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Marbella, que la Junta de Andalucía ha rechazado ya en dos ocasiones. El equipo de gobierno remitirá el documento a la Comisión Provincial de Urbanismo, que será quien tenga la última palabra. PSOE, PP y PA pidieron en el pleno que se dejase el texto sobre la mesa hasta después de las elecciones. La nueva propuesta del GIL mantiene la urbanización de 11 millones de metros cuadrados de terreno forestal.

El incumplimiento de las resoluciones de la comisión de Urbanismo, la recalificación de zonas verdes, equipamientos culturales y deportivos y la carencia de infraestructuras, fueron varios de los motivos argumentados por la oposición para rechazar el nuevo planeamiento, que ayer se sometió a votación en un pleno extraordinario. La mayoría absoluta del GIL aprobó en solitario el documento.

Según la portavoz municipal socialista, Isabel García Marcos, el texto incorpora además un número indeterminado de convenios firmados con posterioridad al período de exposición al público, en marzo de 2002, que suponen modificaciones substanciales, y carece del preceptivo informe del secretario municipal. "Se trata de un documento distinto al que se sometió a exposición pública, y no consta ni un solo renglón donde se explique el por qué se han rechazado muchas de las alegaciones", añadió la edil.

También la concejal del PP, Francisca Caracuel, acusó al GIL de tomar como base el supuesto PGOU del año 2000. Caracuel se refirió a algunos de los convenios que introduce el nuevo texto contrarios al Plan General de 1986, el único que la Junta considera vigente. Puso como ejemplo la parcela donde se levanta en la actualidad el Palacio de Congresos calificada como suelo cultural y en la que la formación de Jesús Gil ha autorizado planta baja más nueve y 47.000 metros cuadrados de edificación. "Su construcción costó 2,1 millones de euros, y hace año y medio el GIL invirtió 6 millones en su remodelación'.

Otros acuerdos se refieren a la recalificación de un suelo no urbanizable de protección agrícola en San Pedro Alcántara, donde se ha permitido construir 5.700 viviendas; o la autorización de 700 viviendas en una zona del Rodeo reservada para 250. "Marbella pierde más de 1,5 millones de metros cuadrados de zonas verdes y equipamientos culturales", aseguró Caracuel, que insistió en que el PGOU "refleja de forma clara y meridiana el interés mercantil y particular de unos pocos". En la misma línea se pronunció el edil andalucista, Carlos Fernández. "Se sigue masificando la ciudad y apoyando la venta de patrimonio", apuntó.

La posición de la Junta la expresó el delegado provincial de Urbanismo, José María Ruiz Povedano, que recomendó a la nueva corporación que surja tras las elecciones en Marbella que elabore un nuevo expediente partiendo de cero. "Creo que sería lo más conveniente para los intereses de Marbella, para la garantía jurídica de las empresas y de los actores económicos del municipio", señaló.

Desde que el GIL gobierna Marbella (1991), el PGOU ha sido objeto de sucesivas aprobaciones, suspensiones y anulaciones. La Junta rechazó por primera vez el documento presentado por Jesús Gil en julio de 1998, principalmente por su pretensión de urbanizar 11 millones de metros cuadrados de terreno forestal. Sin embargo, Gil aprobó el texto en agosto de ese año en un pleno nocturno, que fue anulado por el TSJA y el Tribunal Supremo. En octubre de 2000 la Junta rechazó por segunda vez el planeamiento, por no ajustarse a las indicaciones hechas dos años atrás. Gil volvió a aprobar en diciembre el texto, que fue suspendido nuevamente por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y hace una semana por el Supremo. El TSJA ha comenzado además a suspender licencias de obras concedidas por el Ayuntamiento, que ha firmado más de 600 convenios en estos 12 años, basándose en el Plan de 1986.